Capítulo 1

Charlie Díaz.

Intimidades.

1.

Intimo.

 

Érase una vez en una ciudad repleta de toda clase de personas, un joven estudiante de medicina de nombre Gilberto. Gilberto no era precisamente muy guapo, tampoco era feo, pero tenía algo muy importante para muchas personas, un corazón, un corazón que sabe de quién, cuándo y porqué enamorarse.

    Un día Gilberto decidió salir a divertirse por ahí un viernes por la noche después de una semana de aburrida y larga tarea, tal vez te identifiques, Gilberto sabía que hay tres cosas que debes llevar contigo al salir por ahí un viernes por la noche; cigarros, condones y amigos pero sobre todo condones. Llegó con su mejor amigo Marcos a un lugar donde supuesta mente se vivía el mejor ambiente, iban en busca de una misión, pero al llegar ahí grande fue su sorpresa cuando notaron que lo único que había ahí eran hombres ejecutivos, gordos pero con una cartera lista para gastar. Gilberto y Marcos se sentaron en la barra a tomarse algo y luego irse de ahí a un buen antro cuando de pronto un hombre alto como de 1.90, bronceado y delgado se acercó a Gilberto y le dijo:

  Tú tienes el trasero más asombroso que he visto por aquí.

Gilberto sonrió levemente y se dio cuenta de que le había dicho a él y no a Marcos, como era costumbre.

  Bueno y tú tienes… Gil se quedó pensando en que decir, sabía que no podía decir pene porqué aun ni siquiera lo había visto.

  ¿Yo tengo qué?

  Tú tienes un… un… ¿Traje Oscar de la Renta?

El sujeto se rio y le ofreció una bebida

  Me llamo Lauro Dijo el sujeto encendiendo un cigarrillo.  

Gilberto creyó que era una broma pero dejó pasar eso después de todo Gilberto no se había sentido tan especial desde hace mucho, mucho pero mucho tiempo.

    Dos horas después Gilberto estaba en el departamento de Lauro, ambos sabían lo que iba a pasar, iban a ‘’Hacer el amor’’, no, corrección, iban a tener sexo de una ocasión. Lauro comenzó a besarlo por el cuello y Gilberto sabía que esa era la noche, era la noche en que por fin perdería su virginidad.

   Gil, dime ¿Qué rol eres? dijo Lauro mientras continuaba besándolo desde la boca y luego al cuello.

   Ah pues de hecho yo nunca… Gil se quedó pensando.

Sabía que tenía dos opciones, una, decirle la verdad y quedar como un virgen de 20 años, algo normal, o decirle que era pasivo y quedar como una puta que se mete a los bares a buscar hombres ejecutivos, se fue por la mitad y mitad.

  Yo nunca me he negado a ningún rol dijo Gilberto.

  Perfecto, yo soy activo ¿No importa?

  ¡Claro que no! dijo Gilberto con emoción y desesperación.

  Bien entonces aquí voy.

Inmediatamente Lauro puso a Gilberto boca abajo e hizo lo que se supone que un activo hace.

    Mientras Gilberto ponía cara de disgusto y de dolor le gritaba que se detuviera pero Lauro lo único que pensaba era en que lo estaba haciendo mejor que nunca, ni siquiera abría los ojos solo ponía esa mueca con los dientes mordiendo su propio labio, hasta que Gilberto ya no soportó más, tomo una vela de aroma que estaba en la mesita de noche que pesaba como dos quilos y lo golpeó en la cabeza.

    Lauro gritó y se separó inmediatamente de él para sobarse.

  ¿Por qué hiciste eso? dijo Lauro enojado y adolorido.

  Para que veas lo que se siente el dolor, ¡Antes di que no te la metí por el culo!

  Creí que lo estaba haciendo bien.

  ¿Hacerlo bien? ¿Qué parte de ‘‘Detente cabrón o te golpeare’’ no entendiste? Exclamó Gilberto.

Gilberto tomo sus cosas y se fue, caminando como un vaquero. No solo había cumplido su misión, sí no que también cumplió su amenaza.

 

    Bienvenidos a la ciudad, nadie duerme, nadie vive y nadie es lo demasiadamente feliz como para admitirlo, bienvenido a la ciudad donde  puedes sobornar al del taxi para que te hagan o le hagas una mamada a tu novio, la ciudad donde te roban los boletos del metro en el más pequeño descuido, la ciudad que alberga personas homosexuales y solteras desde tiempos prehispánicos bienvenido a la Ciudad de México. Esa hija de puta que párese que disfruta viéndonos sufrir.

 

 

    Mi nombre es Andrés Varsavsky, todos me dicen Andy desde que tengo memoria, en verdad no, me dicen así desde que salí del closet cuando solo tenía 15 años ahora tengo 21 y soy un diseñador de páginas Web que en sus ratos libres, casi siempre, escribe una especie de guía de supervivencia para personas de ambiente en la ciudad, vivo con una de mis mejores amigas Adriana en un departamento qué por ahora ella sola está pagando.

    Mi fuente de información para mi guía de supervivencia son mis mejores amigos. Marcos tiene 26 años, es un joven pero muy buen abogado de familia brasileña, vive en su propio departamento al norte de la ciudad y es todo un rompecorazones de jotas con la testosterona alborotada, decidió hace dos años que es poco probable encontrar a alguien perfecto y gay en esta ciudad y que era una pérdida de tiempo enamorarse así que solo decidió complacer sus deseos sexuales y enamorarse de él mismo. Alex de 19 años es lo más gay que pueda haber en toda la maldita ciudad, vive con sus padres y es estilista profesional, decidió abandonar la preparatoria para dedicarse a su única pasión los peinados y la moda, vive con sus padres al sur de la ciudad y no le da vergüenza aceptarlo, claro, que si no le da vergüenza mostrar su sexualidad tan libremente mucho menos le da pena decir que vive con sus padres. Adriana es una chica de 25 años que trabaja como ayudante de diseñadora de modas, acaba de empezar su propia línea de ropa junto con su mejor amiga, no es heterosexual, no es lesbiana y tampoco es bisexual, ella odia las etiquetas le gusta que le digan por su nombre, porqué para ella el amor no tiene sexo. Hace dos años empezó a ganar un buen dinero y me propuso que nos fuéramos a vivir juntos, yo necesitaba alejarme de mis Judíos padres así que acepte. Adriana no es precisamente la chica más afortunada en el amor, ha salido con toda clase de tipos, gordos, feos, delgados, guapos, altos o bajos y al final se ha dado cuenta de que todos son iguales… menos los gais. Gilberto es un gay clásico de 20 años estudiante de medicina que vive con su tía. Gilberto hasta hace poco se moría de ganas por perder de una buena vez su virginidad, intentó de todo, encuentros sexuales por internet, ligues en antros y bares pero nada, normalmente no hay muchas cosas interesantes por contar en la vida de Gil…

  Apenas me dio tiempo de subirme los calzones antes de que me dieran ganas de meterle una de sus velas de aroma por el culo ¡¿Qué era lo que no entendía de la palabra ‘‘Detente’’?! dijo Gilberto quejándose mientras una familia que tomaba café en otra mesa nos volteaba a ver. Normalmente nos reunimos los 5 en un Starbucks para tomar un café antes de irnos a hacer nuestras labores.

  Creo que es muy temprano para hablar de penes ¿No? dijo Adriana.

  ¿Qué te pasa hermosa? ¿Algún tipo trató de meterte el pene por detrás? dijo Marcos en un tono burlón.

  Peor aún, no quiero hablar de eso.

  Si Gilberto contó lo de su dolorosa, lubricada y anal noche ¿Por qué tú no nos cuentas? preguntó Alex.

  Está bien. Estaba con Juan después de dos noches de haber ido al cine, a parques, fiestas y otras cosas para matar el tiempo antes del sexo y no puedo dejar de pensar en lo que me dijo fue tan bárbaro.

  ¿Te pidió que le metieras un dedo en el culo? dijo Marcos.

  Algo así dijo Adriana triste no sé cómo decirlo es penoso.

  ¿Qué? ¿Qué te pidió el hetero perfecto? pregunté.

  Me pidió que hiciéramos un trío.

En el mundo gay un trío no es nada es un simple juego que nos gusta experimentar de vez en cuando, es tan común cómo los departamentos rentados y la escases de taxis cuando deseas uno, pero en el mundo hetero, bueno, en el mundo hetero sinceramente desconozco el significado.

  ¿Y cuál es el problema? También le gusta la tortilla dijo Marcos sin comprender el problema.

  Pero Juan no quiere a otra mujer en la cama  dijo Adriana y cerró sus ojos insinuando algo.

  ¡Mierda! ¿Ósea que quiere que…? preguntó Gilberto y yo lo interrumpí.

  ¿Un bateador de reserva?

  ¿Una pila de refacción? preguntó Alex.

  Un pene más en su cama y punto dijo Marcos y lo volteamos a ver por la sinceridad en que lo había dicho.

Por muy feo que sonara como lo había dicho Marcos esa era la realidad, Adriana se había metido a la cama con un hombre y con otra mujer al mismo tiempo pero jamás se había metido a la misma cama con dos hombres, tenía miedo de ver con sus ojos lo que había tratado evitar ver de sus amigos desde hace mucho tiempo.

  No sé qué es lo que haré dijo Adriana desanimada.

 

Más tarde en esta ciudad que nunca duerme, marcos llevaba el caso de un sujeto de 30 años a quien se le había desterrado de su herencia por el simple hecho de ser gay, su familia había decidido que él no era apto para cobrar la herencia que le había dejado su madre empresaria dueña de una enorme e importante fábrica de perfumes. Marcos no había llevado muchos casos que se tratasen de homofobia pero si algo le molestaba era que no le dieran los mismos derechos a su gente que a un hetero que probablemente no los valoraría.

Marcos hablaba con Fernando, el desterrado.

  Prácticamente no hay mucho que hacer dijo Marcos y se sentó en la silla de su despacho, Fernando lo miro.

  ¿Cómo que no hay nada que hacer? Lo he contratado para que recupere mi dinero ¿No es su gente famosa por eso? preguntó Fernando.

  Me está confundiendo soy brasileño no judío, el judío es mi amigo dijo Marcos

  No me refiero a eso, me refiero a el ambiente gay

  ¿Qué? ¿Me va a decir que usted no es gay? preguntó Marcos burlonamente.

  Si pero no me la vivo de antro en antro, de fiesta en fiesta ni metiéndome la primer droga que me encuentro.

Ambos se quedaron mirando.

  He decidido abandonar su caso dijo Marcos y se levantó.

  No puede hacerlo ¡Le cortaré los huevos! dijo Fernando.

Fernando se levantó y se puso frente a él, se miraron unos segundos como retándose y Marcos se dio cuenta de que no podía rechazar a Fernando porqué después de todo eran muy parecidos. Marcos sonrió.

  Tengo una idea. En vez de cortarme los huevos, chúpamelos dijo Marcos y puso de rodillas a Fernando.

     No paso mucho tiempo para que Marcos volviera a aceptar el caso de Fernando e invitarlo a bailar un día de estos.

 

 

    En mi departamento hay dos cosas que no puedo tolerar, la primera de ellas es las prostitutas haciendo escándalo afuera del mismo y la otra es tener nuevos vecinos, el piso del edificio ha sido prácticamente solo nuestro, nadie más se ha venido a vivir desde que llegamos, ese medio día se comenzó a escuchar uno de esos dos ruidos molestos y como supuse que era muy temprano para prostitutas afuera de mi casa solo había una explicación ¡Alguien se muda!

    Como todo buen vecino chismoso que soy salí aparentando ir a la tienda con una taza de café en la mano y al pasar por el departamento desocupado vi que la puerta estaba abierta y que había algunas cajas en él. Entré sin más ni siquiera sé que pensaba cuando entré sin permiso, pude ver unos cuantos cuadros artísticos que parecían haber sido pintados a mano, algunos instrumentos musicales pero ningún mueble aún.

¿Quién eres y que haces aquí? preguntó un chico.

Volteé espantado y accidentalmente derramé el café sobre su camisa a cuadros que traía puesta. Mientras el trataba de quitársela yo solo me disculpaba, no podía hacer más, bueno, pensándolo bien si podía hacer mas así que vi sus bien formados músculos por todo el cuerpo.

¡Perdón! Yo soy el vecino de aquí a lado y entré porqué tenía miedo que un vagabundo o alguna prostituta hubiera por fin logrado entrar al edificio así que solo quería asegurarme.

    No sabía nada de lo que decía, no había estado tan nervioso desde que conocí al editor de la revista People.

Pues no soy una puta y tampoco soy un vagabundo ¿Cuándo has visto a un vagabundo que tiene pertenencias?

Tienes razón reí pero el chico no bueno perdón yo me voy.

¡Espera! exclamó el chico.

Volteé con miedo de que me fuera a golpear o algo peor.

¿Quién eres tú? preguntó el chico.

Soy Andrés, dime Andy vivo aquí a un lado ¿Y tú?

Jesús y como ya te habrás dado cuenta me acabo de mudar sonrió.

    Me caía bien, era caliente, era educado, no tenía anillo de matrimonio, se veía joven y muy varonil. Decidí lanzarme al ataque ya que no tenía nada que perder excepto mi dignidad.

     —Y dime, Jesús ¿Qué te trae a este pequeño departamento?

Necesitaba dejar el anterior, he perdido la mitad de mis muebles porqué mi negocio no va muy bien que digamos.

Tenía problemas económicos a su edad, primer out.

Que mal ¿Y de que es tu negoció si se puede saber?

Soy músico de Jazz pero a la gente ya no le interesa eso.

Tocaba música que me aburre, segundo out.

¿Y tenías conciertos o algo por el estilo?

Antes solía tocar en el bar del papá de mi ex novia.

    Tercer out y definitivamente estoy fuera. Ya me había dado por vencido mientras él me hablaba de su aburrida vida cuando decidí que un hombre así no se debe desperdiciar y haría lo que sea por si quiera verlo de vez en cuando y ya iba a preguntarle si tenía novia cuando justo apareció Adriana quien no traía llaves.

Necesito tus llaves, las olvidé de nuevo dijo Adriana sin notar a Jesús.

Adriana, él es nuestro nuevo vecino hetero Jesús, Jesús ella es mi amiga y compañera de casa Adriana.

    —Hola mucho gusto ¿Hueles a manzana? preguntó Jesús.

¡Sí! ¡Wow! Hasta que alguien distingue la aroma me pasa muy a menudo que la confunden con guayaba.

Ambos se quedaron a platicar un par de horas que se pasaron cómo 5 minutos, creo que fue mi buena acción del día.

 

Más tarde allá en los suburbios de la ciudad, Alex era nuevamente sermoneado por sus padres sobre su sexualidad y sobre volver a la escuela, ya eran 2 años desde que abandonó la escuela para irse a vivir la vida loca gay y seguir su sueño de estilista y pasión por la moda. Hasta ahora ninguno de los intentos de sus papás por hacerlo heterosexual había funcionado intentaron con un psicólogo que termino cogiéndose a Alex, intentaron con un pastor de una iglesia cristiana anglosajona pero Alex termino siendo cogido por el hijo del pastor y le prohibieron volver a pisar la ‘‘casa de Dios’’. El último intento fue una especie de terapia para que Alex lograra encontrar su verdadera sexualidad pero esto solo reafirmó su gusto por los hombres. Sí, los padres de Alex habían hecho hasta lo imposible para que su único hijo recuperara la luz del camino, pero esta vez iban a rebasar los límites de lo que Alex podía tolerar.

¿Un campamento para jóvenes confundidos? preguntó Alex a sus padres viendo un folleto en sus manos.

Es el mejor de todos, nos lo ha recomendado la madre de Joaquín el que iba contigo en tercer grado de secundaria y jamás creerás lo que te diré, ¡Esta curado! ¿Si recuerdas a Joaquín, no? preguntó Elizabeth, madre de Alex.

Si lo recuerdo, hace una semana lo vi en el antro Boys chupándosela a mi amigo Marcos dijo Alex y sonrió.

No hables así frente a nosotros, estamos tratando de ayudarte solamente dijo Eduardo, papá de Alex.

No necesito de ninguna ayuda me siento muy bien cómo estoy gracias pero no, ahora con su permiso pero una verga jugosa está esperando ser mamada por mí en el centro de la ciudad en media hora dijo Alex y se puso su abrigo.

¡¿Es qué no entiendes verdad?! dijo Elizabeth y lo tomo de sus hombros con sus ojos llorosos.

¿Entender qué? ¿Qué no me quieren? ¿Qué quisieran haber tenido un hijo heterosexual? ¡¿Qué mamá?!

¡Que si no te curas te irás al infierno! exclamó Eduardo.

     Entonces era más que evidente que los padres de Alex no solo querían un hijo que fuera heterosexual si no que también estaban planeando sacarle alguna especie de demonio de su cuerpo, Alex los confrontó.

Saben tal vez si sea verdad que estoy enfermo, pero enfermo por tantas de sus mierdas que les oigo decir todos los días. No, no tengo al mismísimo Satanás adentro ¿Pero saben algo? Apuesto a que cuando yo esté allá en el supuesto infierno seré la persona favorita a la que el demonio querrá metérsela ¿Es algo parecido no? concluyó Alex y se retiró azotando la puerta.

 

Los sábados en la noche son sagrados para la comunidad, gente bebiendo, gente cogiendo y gente haciendo ambas cosas al mismo tiempo, para Marcos, Alex, Gilberto y yo la cosa no es muy distinta, cada sábado nos reunimos en uno de nuestros antros favoritos Boys, Boys, Boys o como es simplemente conocido ‘‘Boys’’ antes de que el ambiente comience a calentar en el lugar, antes de que las prendas salgan volando en ninguna dirección y antes del amanecer nosotros jugamos un juego llamado Shoot de ligue y las reglas son más fáciles que una ronda infantil, tres de nosotros se toman un caballito de tequila y el que no tomo observa quien es el que termina al último tiene que ‘‘sufrir’’ por así decirlo, el reto del ligue, los demás escogemos con quien tiene que ligar y él tiene que cumplirlo y platicar por lo menos 15 minutos.

Nos encontrábamos sentados en la barra.

Bueno chicas que comience la primera ronda de una infinidad yo seré el observador y el finalista compite conmigo dijo Alex mientras servía el tequila.

Pero esta vez sin trampas Gilberto —le dije a Gilberto con énfasis.

Gilberto tenía la mala costumbre de hacer trampa, primero lo metía todo en su boca y después lo tragaba, como el semen.

Yo no hago trampas dijo Gil—. Solo lo saboreo.

Quiero coger pero ya ¿Terminaron? dijo Marcos.

Comenzamos la primer ronda y como era de esperarse Marcos termino al último para ser quien ligara primero, yo estaba celoso de que Marcos siempre se salía con la suya así que le dimos como reto que se ligara a un activo y Marcos es activo creímos que lo rechazaría.

Bueno lo haré, los veré luego señoritas dijo Marcos.

Pero él es activo ¿Sabías? dijo Alex.

Tengo el poder de convertir hasta al más hetero de los heteros en un pasivo goloso dijo Marcos y se fue.

Envidié a Marcos, el mundo siempre parecía estar a su favor, no pasaron ni más de 2 minutos para que Marcos convenciera al activo de hacerle una mamada en el baño.

Lo hizo de nuevo dijo Gilberto sorprendido.

Ya dejen de quejarse y sigamos el juego haber quién es el más cabrón dijo Alex y servía tequila nuevamente.

Hasta el fondo Gilberto dije.

Esta vez yo había sido el perdedor y mientras escogían quien sería mi reto me puse a pensar, llevaba dos meses sin sexo y que lo que sea que saliera esa noche sería bueno para calmar mi inquietud y pensándolo más a fondo ninguna de todas las veces anteriores que habíamos jugado a esto había salido nada bueno, muchos ni siquiera eran el rol que yo quería.

Ve tras él dijo Alex y señaló.

El sujeto que me habían escogido no estaba nada mal, después de todo lo único que quería era calmar mi sed.

Está bien le dije y tomé otro tequila.

¿Estás seguro? Creíamos que no es tu tipo dijo Gilberto.

A estas alturas hasta un sacerdote se me hace sexy.

Ya he hecho algo parecido, entonces ve, dijo Alex—. Este juego comienza a hacerse aburrido.

Comencé a caminar hacia donde se encontraba mi reto y pensé en dos opciones, si resultaba que no era el rol que quería le contaría todo lo del reto y me quedaría a hacer tiempo y si resulta que si es el rol que  busco entonces haría hasta lo imposible por tratar de acostarme con él. Y cuando me encontraba a medio camino algún idiota se atravesó frente a mí y chocamos me golpeé en la cabeza con su hombro y mi cartera salió volando, el idiota ayudó a levantarme.

¡¿Qué no te fijas?! exclamé sobándome.

Perdóneme su majestad dijo el sujeto.

Mientras el idiota me ayudaba a buscar mi Louis Vuitton me di cuenta de que era incluso más atractivo que mi reto, era alto, blanco, ojos azules, atlético y llevaba puesto un traje, se veía muy elegante, probablemente me llevaba unos 10 años pero eso es lo de menos.

Toma tu cartera dijo el idiota y me la dio.

Gracias le dije y me alejé lentamente.

Ni yo sé que había pasado ahí, no sé si nos habíamos gustado o no, no sé si se me atravesó al propósito o no así que volteé a verlo y cuando me di cuenta me estaba viendo alejarme mientras sonreía y de pronto pensé que era una idiotez dejar a alguien que me gustaba y cambiarlo por un simple reto, volví a mirar para atrás pero ya no estaba, el idiota había desaparecido.

 

Un sábado en la noche suele ser distinto en el mundo de los heterosexuales o algo así, en especial si son una pareja. Adriana había sido invitada a cenar por Juan, el chico que quería hacer un trío, estaban en un restaurante de comida elegante y servicio agradable, Adriana sabía que esta era otra de las estrategias de Juan por hacer que ella hiciera un trío con dos sujetos a la vez.

¿Y cómo  estás? Te veo muy callada preguntó Juan.

Estoy bien solo que es algo de mi trabajo me preocupa.

Sé que es por lo que te pedí la otra vez.

Si es eso y es que la verdad no estoy segura de querer hacerlo, ósea, nunca he estado con dos sujetos a la vez y no sé si podría y la verdad si me interesaría saber que se siente, no a quien engaño no me interesa.

Está bien yo respeto eso y créeme que te entiendo.

¿En serio? preguntó Adriana.

Claro que si mi árbol de manzanas no me da peras las comprare por separado dijo Juan y sonrió.

Adriana no había entendido muy bien eso hasta que lo captó, Juan iba a buscar hacer un trío con o sin ella.

¿Me estás diciendo que harás un trío aunque no sea conmigo? preguntó Adriana y se levantó de la mesa.

Juan solamente asintió con la cabeza y la mirada.

Bueno es que necesito algo nuevo.

Adiós pervertido dijo Adriana y se levantó de ahí.

Tal vez Juan estuviera aburrido pero Adriana sabía que no necesitaba de una tercera persona para complacer a su pareja así que se dio la vuelta y salió de ahí.

Adriana regresó sola a casa esa noche, mientras iba camino hacia la misma se encontró al nuevo vecino Jesús, Jesús se acercó a ella, el traía una dona en la mano y un café recién hecho en una tienda de 24 Horas, se miraron por unos segundos sonriendo bajo la luz de la luna.

¿No es un poco tarde para andar en la calle? preguntó Jesús mientras le daba una mordida a su dona.

¿Y no es muy tarde para salir a comprar un simple café y una dona a la tienda? preguntó Adriana y Jesús pensó.

Ambos se fueron caminando hacia su casa.

 

Y mientras Adriana daba una mordida a la dona del nuevo vecino, en Boys, las cosas con Gilberto se ponían más interesantes. Después de haberse tomado varios tequilas y de haber consumido Poppers Gilberto sentía que no podía dejar de bailar ¿A quién le importaba si aún no definía bien su rol?  Lo único que le importaba esa noche era divertirse y bailar sin ningún pretexto, solamente bajo el efecto de las drogas y en ese momento Gilberto abrió los ojos y notó que un chico lo estaba viendo desde el otro lado de la pista, el chico era alto y delgado probablemente entre los 25 y los 30 años pero era como si Dios hubiera querido que se voltearan a ver al mismo tiempo. Ambos se acercaron el uno al otro y se dieron un beso en la boca sin siquiera conocerse.

¿Quieres irte de aquí? preguntó el chico.

No te conozco y además no estoy muy disponible que digamos dijo Gilberto con su mirada perdida.

Soy León dijo el chico. 

Y yo soy una fiera dijo Gilberto y rio pero León no rioAh perdón lo decías en serio, yo soy Gilberto.

Te llevo mirando casi 10 minutos mientras bailabas y me has excitado dijo León sin pena alguna.

¡Ah! Exclamó Gilberto y se sonrojó. Pues gracias por notar que soy… ¿Excitante? ambos rieron y se fueron a la barra.

Gilberto no sabía si era el efecto de las drogas pero sabía que él era único en su estilo y que no lo dejaría ir, Gilberto no dejaba de mirarlo tenía el cuerpo perfecto y tenía la personalidad que siempre había querido en alguien.

Toma dijo León al darle una bebida a Gilberto.

Y sentía que era lindo

¿Entonces qué es lo que dices? preguntó León.

Pues ¿Qué quieres qué te diga? Soy estudiante, vine aquí con mis amigos, me puse ebrio en menos de una hora y además ya no sé ni donde se encuentren.

Me refería más a qué dices de salir de este lugar para echar una buena cogida en mi casa.

Y en ese momento, los sueños de Gilberto terminaron convirtiéndose en un juguete sexual, creyó que le diría algo más como que lo quería volver a ver o que le diera su nombre de Facebook o algo así. Gilberto tomo su trago hasta el fondo.

No estoy buscando sexo como la mayoría de estas personas, estoy buscando a mi verdadero yo, alguien que sabe que es gay pero que no define su rol, alguien que no quiere sexo si no que quiere enamorarse, alguien que habla de más. Adiós Hubbell dijo Gilberto y dio algunos pasos.

León se sentía horrible, después de tantas veces de buscar algo más que sexo creyó por fin haberlo encontrado y esto si no lo dejaría ir. León fue tras Gilberto.

Oye espérame, espera dijo León.

¿Ahora qué? ¿Quieres que te la mamen? preguntó Gilberto.

Perdón, lo que dije sonó muy directo y depravado.

No me pidas perdón, ni siquiera nos conocemos dijo Gilberto y sonrió dándose de nuevo la media vuelta.

Gilberto lo único que quería hacer era irse a casa pero cuando León le tomó del brazo para que no se fuera entonces creyó que tal vez si podía darse una oportunidad de conocerlo.

Ese es el punto, no nos conocemos pero quiero que lo hagamos dijo León y miraba a los ojos a Gilberto.

Algo en Gilberto se reconstruyó esa noche, su fe en el amor.

 

Alex había cumplido esa noche, ya había conocido a tres chicos lindos y a todos consiguió sacarles su número de teléfono, nombre de Facebook y a uno hasta la dirección de su casa. Después de tanto ‘’echar rostro’’ Alex decidió complacerse en los baños con un sujeto muy lindo qué conoció en la pista de baile, aunque no sé si la palabra correcta sería conocido porqué ni siquiera sabía su nombre. En fin, mientras Alex preparaba su quijada para meter un trozo de carne dentro de su boca alguien abrió la puerta de la cabina del baño y ahí estaba Eduardo, su papá, a quien menos se esperaba encontrar Alex en el baño de Boys.

¡¿Qué haces aquí?! exclamó Alex espantado.

¿Quién es este vejestorio? ¿Tu novio o algo así? preguntó el sujeto a quien Alex se la estaba mamando.

Salgamos de aquí que necesitamos hablar sobre tu mamá.

Ya les dije que no me volverán a convencer para ir a alguna de sus tontas terapias ¡Me gustan los penes! dijo Alex e iba a volver a mamársela al sujeto.

Tu mamá se fue de casa dijo Eduardo.

Alex pensó por un momento que este sería otro truco de su papá para hacerlo entrar a lo que ellos llaman razón pero al mirar la cara de tristeza y de preocupación de su padre, se dio cuenta que era verdad y que su papá necesitaba de él.

Guarda el salami, no más mostaza para ti hoy le dijo Alex al sujeto a quien le hacía sexo oral. El sujeto se fue

Entonces dijo Alex, se sentó en la taza del baño y prendió un cigarro ¿Qué pasó con mi señora madre?

Te he dicho que no fumes, platiquemos afuera.

También me has dicho que no sea gay y no te he hecho el menor de los casos dijo Alex y se levantó de la taza.

Minutos más tarde en una cafetería que se encontraba a unos cuantos establecimientos a lado de Boys, Eduardo le contaba a Alex todo lo que había pasado. Aparentemente Elizabeth había vuelto a casa después de estar rezando en la iglesia por su hijo y al entrar al despacho de Eduardo lo encontró follando con otra persona, con un hombre. Eduardo salió tras ella para tratar de explicarle lo que había pasado pero ella parecía no escuchar y lo único que hacía era guardar sus cosas en maletas y mirar continuamente la hora, Eduardo no pudo hacer nada para evitar que Elizabeth se fuera.

Lo único que me dijo fue ‘‘No me busquen, qué asco’’ le contó Eduardo a su hijo y Alex estaba mudo.

Hasta las ganas de fumar se me han quitado apagó su cigarro y miró fijamente a su papá.

¿Qué? preguntó Eduardo.

Entonces resulta que los dos nos vamos a ir al infierno.

Esto no es gracioso Alexander.

Alex sabía que cuando alguien le llama por su nombre completo es porqué en serio le están hablando en serio.

Ya lo veo, solo quiero disfrutar de este momento. De pensar cuantas veces me dijeron que no fuera gay que porqué era pecado, cuantas veces me dijeron que dios se equivocó y cuantas veces llegue a creerlo, solamente me da risa.

¿Qué voy a hacer? preguntó Eduardo.

Y yo que voy a saber que mierda vas hacer, te diré lo que yo hare, volveré a Boys y seguiré mamándosela a quien yo quiera mientras tenga el valor de decir quién soy dijo Alex y se fue.

 

Y al otro lado de Boys, yo llevaba casi toda la noche platicando con el chico de mi reto, sabía escuchar y siempre estaba sonriendo por alguna razón ni siquiera nos habíamos levantado a bailar o a ir al baño solamente estábamos ahí bebiendo y él me invitaba una bebida tras otra era como si fuera un hermano mayor mala influencia y a la vez amante, pensaba que esto era solo un sueño o algo así.

¿Quieres otra más? preguntó el reto.

Claro pero esta vez yo pagare.

Comencé a buscar mi tarjeta de crédito para pagar las bebidas cuando me di cuenta que en mi cartera no había ninguna tarjeta, solo mi tarjeta del Metrobús y unos cuantos muchos condones, le dije al reto que me sostuviera mi bebida pero entre la histeria y la borrachera derramé accidentalmente  la bebida en su camisa de Prada.

Mierda, perdón, mierda, déjame ayudarte lo siento.

No importa dijo el reto y se fue al baño.

Pensé en ir atrás de él para pedirle otros dos perdones pero sinceramente me preocupaba más mi tarjeta de crédito, no se me podía perder, corrección, ¡No se me podía perder en un lugar como Boys! En menos de media hora ya hubiera llegado al tope. Era la primera tarjeta de crédito que sacaba a mi nombre sin ayuda de mis padres y si se me perdía pasaría toda la vida pagando mis deudas. Recordé que cuando choqué con el idiota mi cartera salió volando y que tal vez se había salido de la cartera en el aire, era casi oficial, pasaría toda mi vida pagando por unas cosas que yo ni compré, si tenía la opción de cancelarla pero ya era muy tarde para hacerlo.

 

En Boys hay un lugar que se llama El Infierno donde los sujetos de ambiente que solo van a buscar sexo, como Marcos, pueden entrar a tenerlo sin temor a ser encarcelados ni pagar por una habitación de motel, esa noche Marcos se encontraba en El Infierno con un sujeto que se la estaba mamando cuando llegó otro chico, ambos se miraron al mismo tiempo, era como si ya se hubieran conocido en algún otro lugar y el chico parecía masturbarse viendo a Marcos y al chico mamador.

Búscate uno para ti le dijo el chico que le hacía sexo oral a Marcos a el chico que los observaba.

No hay porqué pelear, tengo suficiente para todos.

Los tres se quedaron mirando y se sonrieron mutuamente, Marcos se subió los pantalones y salió del infierno con aquellos dos chicos, afuera, yo estaba esperándolo.

Debemos irnos, se me ha perdido mi tarjeta de crédito y no encuentro por ningún puto lado a  Gilberto y a Alex —le dije.

Si vámonos, tendré una fiestecilla en mi casa ¿Quieres venir con nosotros? preguntó Marcos.

Sexoso ¿Escuchaste lo que te dije?

Claro que sí, pero no le hice el menor caso dijo Marcos y besó a uno de los chicos.

Te estoy hablando en serio —le dije.

Gil se fue con el amor de su vida y Alex lo vi salir con su papá del baño de pasivas. ¿Vienes o no vienes?

No adiós, me iré a mi casa dije desanimado.

Bueno, si nos disculpas… dijo Marcos mientras sonreía.

Si ve, ve y ten tu noche de sexo doble.

Después de todo el que yo no logrará tener sexo esa noche no significaba que nadie más se merecía lo mismo.

 

Decidí que ya era bastante humillación en menos de una hora y salí afuera de Boys a tomar un taxi. ¿Se han dado cuenta que cuando uno busca un taxi jamás lo encuentran y que cuando uno no quiere taxi hasta se amontonan? Bueno, afuera de Boys nunca se aparecen los taxis por alguna extraña razón, pero esta vez pude encontrar uno que parecía no detenerse hasta que le grité que se detuviera y solo así me hizo caso.

Buenas noches, podría llevarme a… le dije al chofer y éste interrumpió de forma agresiva.

¿Tienes dinero para pagarme? preguntó el taxista.

¿Qué?

No entendía por qué me preguntaba algo así, creía que estaba bromeando pero su cara de perro arrugado no parecía estar bromeando en nada.

Claro que si traigo dinero ¿Por qué la pregunta? dije.

Ustedes suelen ser muy malvados con los taxistas, ya van varias veces que me dicen que los deje una o dos cuadras antes de su destino y se bajan y se van corriendo sobre alguna calle peatonal.

En serio no sabía de qué me estaba hablando. Hasta que creí haberlo comprendido.

Oiga no sea antisemita, mi pueblo judío es muy trabajador y honrado, eso de codos es un estereotipo.

¿De qué me estás hablando? Me refería a los maricas no a los judíos dijo el taxista.

Ya no sabía que era más humillante, que hubiera cometido antisemitismo contra mí mismo o que el taxista con peluches colgando de su retrovisor me llamará marica.

A la mierda con su taxi, no lo necesito.

Bien, suerte encontrando otro dijo el taxista.

Me bajé rápido y enojado del taxi, azoté la puerta y di algunos pasos cuando recordé que había olvidado mi cartera dentro del taxi, me di la vuelta para sacarlo pero el taxista comenzó a avanzar así que le di un golpe en la cajuela para que se detuviera pero no lo conseguí, solo conseguí que el taxista acelerara y gritara por la ventanilla de su auto:

¡Maricón!

¡Hijo de puta! —le grité.

La furia me invadió, ahora no solo había perdido mi tarjeta de crédito y mi personalidad, sí no que también había perdido todo mi efectivo, mi honor judío, mi orgullo gay y sobre todo y lo más valioso mi Louis Vuitton de colección.

Pensé en dos opciones, una, podía entrar y buscar a Marcos y pedirle prestado para irme a mi casa y quedarle a deber un favor que me lo cobraría casi al doble o podía irme caminando a casa y temer ser asaltado, la segunda sonaba menos peligrosa que la primera.

 

Y ahí, en una fea avenida me encontraba caminando camino a mi casa, sin duda era una de las peores noches para mí ya que no había podido terminar con mi ayuno de sexo, se perdió mi primera tarjeta de crédito y perdí mi cartera favorita, pensé en porqué Dios me había abandonado, tal vez no soy la mejor persona pero al menos no andaba por ahí haciendo maldad y media como otras personas que conozco, sin duda Dios no podía hacerme nada más de lo que ya me había hecho, pero por lo visto me equivoqué por qué en ese momento Dios me demostró que si podía hacerme algo más, empaparme con la lluvia, no me hubiera quejado si hubiese sido una sola llovizna pero parecía tormenta. Únicamente podía seguir caminando con la cabeza en alto y con toda mi ropa mojada y pensando en que mis mocasines jamás volverían a verse igual después de haberse mojado, ¿Soy el único idiota que piensa en ropa cuando tiene problemas más grandes?

Después de un largo camino llegue al edificio donde vivo pero al tratar de entrar recordé que no tenía las llaves ya que también las había dejado en mi cartera. Me asomé a la ventana que está a un lado de la puerta para ver si se encontraba el vecino del piso de abajo pero nadie parecía responder, tal vez por qué ya eran las 3 de la mañana o tal vez por qué no había nadie, o podrían ser ambas. Cuando caminé de regreso a los escalones de la puerta accidentalmente pise excremento de perro ¡Qué asqueroso! Fue horrible, la caca estaba mojada y se veía aún más asqueroso.

¡¿Qué más quieres hacerme?! dije mirando el cielo.

No sabía si Dios era capaz de hacerme todavía algo más pero lo dudaba. Decidí esperar a que alguien saliera al amanecer ya que no recordaba siquiera el número telefónico de Adriana.

Después de una hora de estar soportando la lluvia logré acordarme del número de teléfono de Adriana pero malas noticias ¡No tenía dinero ni para llamar por teléfono! Por eso siempre es importante no ser codos y rentar un departamento con timbre, en estos momentos me vendría muy bien. Y de pronto un automóvil convertible negro se estacionó frente a mi edificio, pensé que Dios al fin había bajado del cielo a disculparse personalmente conmigo pero en lugar de eso se bajó un hombre con un atuendo de chofer y con un paraguas, no dudé en acercarme para pedirle una moneda para llamar por teléfono pero antes de que dijera una palabra el habló.

¿Es usted el señor Andrés Varsavsky?

Me preguntó el hombre tapándose de la lluvia, hacía mucho ruido el agua golpeando el pavimento y los relámpagos del cielo, teníamos que hablar gritándonos.

Eso depende dije ¿Eres Dios?

¿Perdón?preguntó el chofer.

Mis dudas sobre si Dios se vendría a disculpar en persona ya se habían resuelto.

¿Qué quién es usted? pregunté al sujeto.

Mi patrón me dijo que le diera esto me dio una tarjeta.

No podía creerlo ¡Era mi tarjeta de crédito! Y mi IFE. Tal vez aquel hombre no era Dios pero era algo parecido, me alegré mucho y di algunos saltos de felicidad sobre charcos mojando el pantalón de aquel buen hombre.

Lo siento le dije disculpándome por mojarlo.

También me dijo que le diera esto me dio un papel.

El jefe del señor que era cómo Dios me había mandado una nota muy al estilo de la secundaria, la nota decía ‘‘si quieres agradecerme en persona, entra al auto’’ tenía miedo, que tal si era alguna especie de acosador. De niños nos enseñan que no debemos hablar con extraños y mucho menos subir a su auto, a menos que este extraño tenga un convertible con calefacción encendida y que además allá recuperado tu tarjeta de crédito que aprecias como a tu vida.

De acuerdo entraré dije emocionado.

Venga conmigo dijo el chofer y nos dirigimos al auto.

El chofer como todo buen chofer me abrió la puerta, esperó a que me metiera y se metió al auto cruzando por detrás del mismo y adentro, ahí se encontraba, la persona de quien creí nunca volver a saber nada más, la persona quien creí que era un idiota, el idiota, el idiota que se me atravesó en Boys.

¡Oh! Eres tú dije de forma seria.

¿Y quién esperabas que fuera? ¿Dios?

Bueno dije gracias por recuperar mi tarjeta de crédito ¿Acostumbras chocar con todos los chicos para averiguar a donde viven?

No, no con todos. Solamente con los que son muy lindos y con los que creo que vale la pena.

Me pregunté ¿Puede un hombre ser más cursi?

¿Entonces eres un ladrón y también rompecorazones?

Y también acoso a mis victimas hasta sus domicilios.

Y aparte comediante le dije y ambos reímos bueno, acosador… ladrón… comediante, quien quiera que seas debo salir a esperar a que me abran la puerta.

Me llamo Paul y soy dueño e inversionista de un centro comercial dijo el sujeto, Paul y me dio una tarjeta.

¿Eres el dueño a tu edad?

¿Pues qué edad crees que tengo? Escúchame, te lo contare todo solamente si me acompañas a dar una vuelta mientras nos acabamos esta botella de J&B.

Sinceramente no podía darme el lujo de rechazar una bebida, calefacción y un hombre guapo por esperar a que alguien saliera a abrirme la puerta del edificio.

Está bien, pero promete no volverme a robar nada respondí y Paul rio levemente.

Y así nada más conocí al sujeto más interesante que hubiese conocido desde hace mucho tiempo.

 

Al amanecer al medio día en Starbucks nos encontrábamos todos menos Marcos, era extraño que no llegara a tomar café para iniciar la semana, Alex estaba buscando un hogar nuevo después de lo que se enteró la noche de ayer, Adriana estaba más que contenta por haber terminado con Juan y haber conocido más afondo a Jesús el nuevo vecino, yo quería evitar que la resaca terminara por matarme tomándome un café doble y Gilberto quería darnos todos los detalles de su noche con el amor de su vida.

Se los juro no me había sentido así en mucho tiempo dijo Gilberto mientras comía de su panque.

¿Creen que podría rentar un departamento yo solo? Preguntaba Alex tratando de cambiar de tema.

Fue tan romántico fue como si todo el mundo hubiera desaparecido y solamente hubiéramos quedado él y yo.

¿¡Ya estuvo no!? Ya escuchamos mucho de tu noche de pasión ¡Felicidades tuviste sexo anoche! Que afortunado le dije a Gilberto y tomé de mi café. Los demás me miraron.

¿Alguien olvidó que está en su periodo? dijo Alex burlándose de mi actitud.

Alguien no se aguanta la resaca querrás decir dijo Adriana.

¿Qué paso anoche? Te ves de la chingada me dijo Gilberto.

Créeme que me paso de todo no quiero hablar de eso, pero por lo menos conocí a Dios.

No les quise contar que conocí a alguien porqué inmediatamente empezarían a interrogarme, y en ese momento sonó el teléfono celular de Adriana.

Mensaje dijo Adriana y lo leyó detenidamente tenemos que ir pero ya a la casa de Marcos, algo pasó.

Nos mostró el celular y no tardamos en salir de Starbucks en dirección a casa de Marcos.

 

Al llegar afuera del edificio donde vive Marcos encontramos un montón de gente, el área de la entrada estaba acordonada por policías y forenses, buscábamos a Marcos por todos lados y estaba sentado en la banqueta con una mirada que nunca había visto antes en él, una mirada de preocupación, tenía la piel muy blanca y aún estaba en bóxer y estaba descalzo, nos daba miedo si quiera hablarle, pero si algo hacen los amigos es estar con los suyos en momentos difíciles. Adriana y yo levantamos a Marcos y fuimos adentro de su departamento.

¿Saben cómo fue que apareció muerto? preguntó Alex.

Aún no, pero como me lo cogí hace unas horas no dudo que me vayan a culpar a mí de su asesinato.

Aparentemente apareció el cadáver de uno de los dos chicos con quien Marcos había tenido sexo en la madrugada justo enfrente de su edificio.

¿Y qué ha pasado con el otro sujeto? ¿No se conocían ellos dos? preguntó Adriana.

Guapura, en mi cama hay dos reglas, gózalo y lárgate sin decirme quien mierda eres dijo Marcos.

Esto te pasa por tener tanto sexo insignificante haber si así aprendes a valorarlo más y a tener más cuidado dijo Gilberto sonando como una señora regañona.

Sonaste como mi madre le dije a Gilberto.

¿Te representarás a ti mismo como tu abogado o requerirás de otro? preguntó Adriana.

No es necesario decir que soy el joven abogado más exitoso de toda la maldita ciudad ¿No?

Hasta en los momentos más extraños y difíciles, Marcos sabía cómo hacernos reír incluso si en este momento extraño estaba involucrado un cadáver.

Gracias por venir jotas y Adriana, pero ahora lo que quisiera es estar un momento solo.

¿Estás seguro? ¿No quieres que te ayudemos a algo? preguntó Adriana preocupada por Marcos.

En serio, estoy bien solo necesito platicar a solas con Andy.

Me tomo por sorpresa, jamás le habíamos escondido nada a nuestros amigos, excepto nuestras historias de sexo de las que nos avergonzamos.

Está bien, yo los veré mañana les dije y todos los demás se despidieron y salieron de ahí.

Gracias por quedarte.

Espero sea algo serio y no me vayas a salir con cosas como decirme que aun muerto se ve sexy.

Si se ve sexy, pero no es eso, creo que tendré problemas aquí, les he mentido a todos.

¿Sobre qué? ¿No eres activo?

Me refiero a que si conocía al chico que apareció allá afuera, creo que esto estará lejos de acabar.

Si dije preocupado y nos sentamos.

Odio cuando un amigo me confía un secreto por qué me veo en la necesidad de mentirle a todos los demás y debo tener cuidado de no delatarlo en uno de mis comentarios ¡Qué tormento! Dios quería verme sufrir aún más.

 

Y ya en la noche de vuelta en mi departamento, me preparaba en mi habitación para ver la cuarta temporada de Doctor House, tenía todo listo para una bonita noche, papás adobadas con salsa y limón, sopas instantáneas y un té helado muy delicioso y por supuesto mi cama y mi televisión, pero de repente sonó la bocina de un auto afuera de mi casa, al principio la ignoré por completo pero después reaccioné y se me hizo conocida aquella bocina elegante. Me asomé por la ventana y ahí estaba el convertible de Paul el idiota, encima del cofre del auto había una cartera D&G que tal vez no superaba la anterior que había perdido pero era muy bonita y necesitaba una nueva. Bajé con mis fachas poniéndome solamente un abrigo. Al llegar abajo tomé la cartera y la abrí y ahí estaba una foto de un Louis Vuitton idéntico al que se me había perdido, solté una sonrisa y me dirigí a la ventana de la puerta de Paul. Bajo el vidrio.

Buenas noches ¿Te interrumpí algo? dijo Paul viendo las fachas en las que me encontraba.

Bueno interrumpiste mi cena, y has interrumpido al doctor Gregory House mientras hace una cirugía que se supone que es el suspenso de la temporada.

Suena interesante.

No te burles dije riendo.

¿Y quién se burla? Preguntó Paul y ambos guardamos silencio unos segundos¿Te gustó la cartera?

Si pero ¿Comprendes que deberás regresarla de donde vino verdad? le dije.

Claro que no, es un regalo de mi para ti, además D&G es una tienda que me debe mucho dinero.

¿Y qué onda con esto? Le dije y le mostré la foto de la cartera Louis Vuitton.

Lee lo que dice atrás de ella.

No me fije en que la foto dijera algo, creí que diría cuanto pedían por el rescate de mi cartera pero no era eso, bueno, algo similar, la foto decía ‘‘Si quieres tener uno igual otra vez tienes que aceptar salir a una cita conmigo. Atte. Paul’’.

¿Te han dicho que eres bueno en manipular a la gente? pregunté sonriendo.

Si me lo dicen todo el tiempo ambos reímos entra al coche, vamos al cine.

Estás loco ¿Ya me viste?dije.

Yo creo que te ves sexy.

Solo logro convencerme porque me regalo un D&G y porqué me dijo que era sexy, y necesitaba inmediatamente un cumplido de quien sea, subí a su auto.

También me han dicho que soy perfecto dijo Paul.

No eres nada modesto.

No me cuesta trabajo.

Y así terminaba un fin de semana más en la ciudad, un fin de semana lleno de sorpresas, y otras que están por venir.


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