Capítulo 3

 

3.

Bisexualidad y Agonía.

 

Hay una canción de Lady Gaga que dice más o menos así: ‘‘and baby when its love if it’s not rough it isn’t fun, fun’’ qué quiere decir prácticamente que el amor si no duele no es divertido pero tal vez Lady Gaga tendrá que rescribir toda esa canción para darle una nueva visión al amor. Llevaba saliendo con Paul por casi más de tres semanas y todo entre nosotros era muy bonito, por primera vez en mi vida no había nada de lo que me sintiera incómodo, era muy atento a nuestra relación, siempre tenía tiempo y si en algo me llegaba a equivocar el me corregía de una forma que no se viera tan grosera, sabía cocinar y tiene su propio departamento con vista al parque de Chapultepec, si no fuera mi novio lo odiaría con todas mis fuerzas.

Ese día, miércoles en el departamento de Paul o él señor, como suelen decirle mis amigos, nos encontrábamos cocinando una deliciosa tortilla española, bueno en realidad el cocinaba y yo lo observaba mientras pensaba en que Dios al fin me había hecho caso y me había mandado a un príncipe azul, al menos eso creí hasta que vi una foto colgada en la pared que llamó mi atención.

¿Quién es la chica de esa foto? Le pregunté.

Paul miró la foto y siguió cocinando, parecía que no me hubiera escuchado, pero ambos sabíamos lo que le había preguntado.

No es nadie importante respondió por fin Paul.

¿Cómo que no es nadie? ¿Entonces porque tienes una foto en la pared? —Le dije y me acerqué a él ¿Es alguna prima?

De pronto Paul se me quedo mirando con una mirada que nunca me había mandado, era una mirada de miedo y  decepción, sinceramente no tenía ni la mas mínima idea de lo que me iba a responder así que decidí mejor ignorarlo por completo y volver a donde estaba.

Es mi ex prometida —me respondió Paul algo molesto.

Ahh dije muy sorprendido y espantado—. Pues yo no sabía que tú ósea yo no me imagine que…

¿Qué estuve con una mujer? Dijo Paul y sonrió.

Ya no sabía ni que era lo que estaba pasando aquí, no sabía si me estaba jugando una broma o si en realidad hablaba en serio, solo pensaba en que ya quería comer un poco de esa maldita tortilla española.

Más en la noche allá en Starbucks nos encontrábamos Marcos, Gilberto, Adriana y yo platicando sobre lo que había pasado hace unas horas, es que sentía que era una broma o algo así, no podía siquiera imaginarme que su pene hubiese estado en más posibles vaginas que en otro lado.

Hoy todo mundo es bisexual ¿De qué te preocupas? Puedes verlo como una ventaja o como un defecto —me dijo Marcos.

¿Cuál es el pedo? —Me preguntó Adriana.

Yo antes creía que yo era bisexual, tal vez solamente el señor esté en una etapa —me dijo Gilberto.

La adolescencia es una etapa, la pubertad es una etapa, un hombre de 32 años no puede estar en una etapa —le respondí.

Yo aún sigo en una etapa dijo Marcos.

Lo sabemos, nunca vas a salir de tu calenturienta adolescencia dijo burlonamente Gilberto y  Marcos le sonrió.

¿Y qué pasó con su prometida? ¿Por qué no se casó? ¿Siquiera te lo dijo? —Me preguntó Adriana.

No lo sé me dio miedo hasta preguntarle.

¿Por qué te preocupas tanto? Qué tal si te iba a decir ‘‘No me casé con ella porque lo que en realidad amo son los hombres’’ ¿No crees? —Me dijo Gilberto mostrándose optimista.

Al parecer a Gilberto le estaba sentando demasiado mal el tener una relación estable, estos últimos días era Gilberto el señor pro amor para todos.

No, no lo creo —le dije tirándolo de loco. No sé lo que haré.

 

Más tarde me puse a pensar en las relaciones entre bisexuales ¿Todos practicaban la monogamia? ¿Quién no les aseguraba que a la primera oportunidad, en un descuido su pareja se iría a acostar con el chocolate blanco en vez de con el chocolate negro? ¿Me explico?  Después me puse a navegar en Internet a buscar más sobre el tema de la bisexualidad pero lo único que me salía era la información de Wikipedia y un sinfín de anuncios sexuales de gente bisexual que quería tener sexo con mas bisexuales, gay o heterosexuales ¿Qué locura este mundo, no?

 

A la mañana siguiente, Alex, quien aún estaba enojado conmigo, se encontraba en el centro buscando sus utensilios para cortar el cabello cuando notó que dos sujetos se le quedaban viendo desde el otro lado de la tienda, Alex trató de ignorarlos y siguió buscando lo suyo. Minutos más tarde Alex notó que los sujetos lo estaban siguiendo por toda la tienda, a Alex le dio pánico y decidió comenzar a caminar más y más de prisa por los pasillos hasta entrar al pasillo de tijeras donde abrió un paquete de tijeras y se preparó. Cuando los tuvo cerca lo amenazó con las tijeras.

¡¿Quiénes son y qué mierda buscan?! preguntó Alex.

¡Tranquilízate! ¡Tranquilízate! Nos mandaron del centro de tolerancia no gubernamental de la ciudad dijo el sujeto al que no estaba amenazando Alex.

¡Si ya mero me voy a andar creyendo eso! ¡Ustedes quieren matarme! dijo Alex fuera de control.

¡No, en serio mira nuestras credenciales! dijo el sujeto amenazado y ambos sacaron sus identificaciones.

Bueno dijo Alex dejando de amenazar al tipo—. ¿Y qué es lo que quieren conmigo?

Tu saliste en televisión disfrazado de Cher, eras el amigo de Víctor ¿Es verdad eso? preguntó uno de ellos.

Si era yo ¿Qué tal me veía? preguntó Alex.

Te necesitamos para que ocupes el puesto que dejó vacío Víctor tras su muerte.

No, no, no, no, no, no y no. Yo no sé ni siquiera que se debe hacer en ese lugar, solo se cortar el cabello y ya es lo único, la única vez que fui a su centro fue cuando hicieron esa exhibición de juguetes sexuales y regalaron condones.

Nosotros nunca organizamos semejante exhibición.

¿Ah no? Me confundí. Cómo sea no puedo, tengo que hacer un peinado a las 3, manicure a las 4:30, cortes de 5:15 hasta las 7 de la noche dijo Alex.

A esa hora esta perfecto dijo uno de los sujetos—. Aquí tienes nuestra tarjeta con número y dirección.

Bueno dijo Alex y recibió la tarjeta.

Alex no sabía si en realidad quería ayudar o solamente quería asistir porque uno de los chicos era atractivo y le guiñó un ojo al momento de irse. Pero en ese momento Alex se consideró como un defensor de los derechos gay.

 

Después de haber tenido varios encuentros con Marcos y tener hasta una primera cita, Fernando pensó en que ya era tiempo de decirle a Marcos lo que estaba buscando en realidad, una relación, a Marcos no le gusta esa definición, decía que con estar juntos es más que suficiente pero nosotros creíamos que Marcos no buscaba mas relaciones después de la última vez que se enamoró.

Les contaré la vez que Marcos se enamoró de una chica llamada Ximena. Pasó hace aproximadamente dos años y algo. Marcos estaba buscando empleo en todos lados y parecía no encontrar parecía que iba a terminar en la ruina y regresar con sus padres a Brasil a trabajar como pescador.

Llegó a un despacho de abogados un día de aquellos de primavera y conoció a Ximena quien era la abogada fundadora de esa firma de abogados. Ximena y Marcos eran muy buenos amigos, iban de un lugar a otro y sabían casi todo el uno del otro ¡Claro! Ximena no se había dado cuenta de que Marcos era Gay así que una noche cuando ya no quedaba nadie en el lugar Ximena sedujo a Marcos, el al principió se negó pero Ximena ya estaba enterada de lo que excitaba a Marcos, que le besaran de tras de la oreja, Marcos no pudo resistirse y terminaron por tener relaciones. Pasaron dos meses y ellos seguían teniendo sexo a escondidas de todos, incluyéndonos. Nadie sabe cómo fue que pasó que Marcos se llegó a enamorar de una mujer y llegar a ser hasta monógamo pero un día Ximena desapareció de la faz de la tierra, no respondía llamadas y mensajes de Facebook, ya no vivía en su departamento y tampoco volvió a aparecerse en el despacho. Tiempo después Marcos se enteró que Ximena se fue a Chihuahua y se casó con un banquero y tuvo una hija. Marcos creyó que el amor no era más que una pérdida de tiempo. Así que cuando Fernando se apareció ante el con un ramo de rosas lo que Marcos hizo fue echarlas a la basura.

¿Por qué hiciste eso?

Preguntó Fernando cuando Marcos tiro las rosas a la basura.

Odio el romance ¡Te dije que vinieras a coger no que vinieras como Romeo ante Julieta! respondió Marcos mientras comía.

Bueno ya estoy aquí ¿Estás en la hora de tu comida? Entonces hay que divertirnos dijo Fernando desanimado.

¿Qué tienes? preguntó Marcos y lo miraba cuidadosamente.

Nada, hay que coger antes de que regreses a tu trabajo.

Se cuando las personas me ocultan algo y me caga que no sean totalmente sinceros conmigo dijo Marcos.

Yo quiero tener una relación que no se base en solo sexo.

Odio las relaciones y odio que busquen algo más.

Yo quiero intentar algo más contigo Marcos dijo Fernando.

En ese momento fue como si algo estallara dentro de Marcos, algo que no sentía desde hace mucho tiempo. Interés.

Se me acaba mi tiempo y debo pasar a recoger mis trajes de la tintorería dijo Marcos y le dio un beso en la frente.

Marcos se espantó, no sabía de donde había salido ese beso que le dio en la frente a Fernando, así que se apresuró a irse.

¿Por qué no te permites ser feliz? preguntó Fernando.

¿Quién dice que no soy feliz tal y cómo soy?

Se nota a leguas que alguien te lastimó.

Mira dijo Marcos y se acercó a Fernando—. Soy feliz tal y como soy, me echo a cualquiera que me gusta y así me gusta.

Marcos concluyo y se fue de su casa algo enfadado.

 

Ya había pasado un mes desde que María terminó su última relación y comenzó a pensar en lo bueno que sería tener a una persona en su vida, a cualquiera. María siempre tenía sexo sin compromisos ósea que jamás volvía a ver a las mujeres con las que ya había estado, pero en esta ocasión había solamente una mujer que atraía a María, Adriana. María creía que Adriana era casi, casi perfecta ya que era muy bonita, amable y abierta a cualquier posibilidad de relación. Así que ese día cuando Adriana llegó de hacer sus compras María se lanzó al ataque de una vez por todas.

¿Te ayudo con tus bolsas? preguntó María al ver que Adriana llegaba con sus bolsas del supermercado.

Si gracias Adriana aceptó su ayuda—. ¿A dónde está Andy? ¿Aún no ha llegado? ¡Déjame adivinar! Llamó y dijo que se quedaría a cenar con el señor.

Si y si, si ¿Cómo adivinaste?

Llevo mucho tiempo de conocerlo ¡Lo he visto prácticamente a diario desde que nos conocimos!

Ah eso es mucho conocerse dijo María y ambas guardaron silencio—. ¿Y tú novio el músico?

Hoy le tocó tocar en un bar para hombres, es un lugar muy feo y no quiso que fuera esta noche.

Ya veo ¿Y no te aburres a veces de lo mismo?

¿De que me estás hablando? preguntó Adriana con una sonrisa.

—Ya sabes, siempre lo mismo de música, hombres… penes —dijo María y Adriana comenzó a sentirse incómoda.

—Pues no —dijo sonriendo tratando de terminar la conversación.

—¿Estás… segura de eso? —preguntó María acercándose cada vez más y más hasta que le quiso dar un beso en la oreja.

Adriana se quedó paralizada, confundida y excitada, Adriana ya había estado con mujeres pero no significaba que era su especialidad.

—María.

—¿Sí? —preguntó María.

—¿Qué crees que estás haciendo?

—Estoy tratando de quitarte lo aburrida —dijo María queriendo besarla en la boca pero Adriana se alejó.

—¡¿Qué crees que haces?! Me gustan los hombres y fin.

—¡No me salgas con eso! Yo se muy bien que también te gusta enredarte con mujeres, no te hagas la inocente.

—¡¿Quién te dijo eso?! —exclamó Adriana.

—¡Andy, Andy me lo dijo!

—¡Sí será cabrón! —dijo Adriana y se fue a su recamara.

Un par de horas más tarde llegué al apartamento acompañado de Gilberto, María estaba sentada en el sofá como si estuviera esperando algo y en cuanto me vio se me acercó rápidamente.

—Se me salió —me dijo María murmurando.

—Pues… ¿Compra corpiños mas grandes? —le dije burlándome.

—¡No idiota! Sin querer se me salió lo que me contaste de Adriana, ya sabes eso de que ha estado con mujeres.

—Sí serás pendeja —le dije en voz baja—. ¿En dónde está?

—Está en su cuarto y no ha salido desde que se lo dije, creo que está enojada —María puso una cara de preocupación.

Me quedé pensando, como si no fuera bastante ya lidiar con la confusión de mi mente sobre mi novio ahora tendría que lidiar con los regaños de Adriana. Traté de escabullirme hasta mi habitación con Gilberto pero en ese justo momento salió Adriana y me metió a su cuarto a jaloneos y gritos.

—¡¿Cómo se te ocurrió decirle?! —Me reclamó Adriana.

—Eso depende de que estemos hablando.

—No te hagas el chistosito ¡Casi me viola!

—Ay ya no te hagas la sabrosa —le dije de broma—. Bueno perdón no fue mi intención decirle ya sabes como soy un tema me lleva a otro y ese otro a otro hasta que termino hablando de la vida de los de más.

—María se tiene que ir —dijo Adriana muy seria.

—No se puede ir ¡No tiene a donde ir! Es prácticamente una vagabunda sin nada ni nadie —la excusé.

—Dile que tiene una semana como máximo —Me dijo y puse una cara triste para que compadeciera pero no funcionó.

 

Y más tarde Gilberto se fue a otro punto de la ciudad, Gilberto escuchaba a un orador que daba un discurso en la casa de Adolescentes Contra el VIH, sinceramente a Gilberto no le llamaba demasiado la atención participar en esto, el solo sabía que después del evento se iría con su novio a caminar ver una película o algo y después a hacer el amor. Al fin terminó el evento y León se acercó a Gilberto y le dio un beso.

—Bueno ¿Qué te ha parecido el evento? —preguntó León.

—Muy, como decirlo —Gil no sabía que responder ya que se la había pasado platicando en Facebook desde su teléfono—. Muy divertido —dijo Gilberto al fin.

—¿Divertido? El orador perdió a su pareja por esa enfermedad.

Gilberto se quedó mudo y sabía que lo había descubierto.

—No pasa nada —dijo León—. Entiendo que te aburras en esta clase de reuniones y he estado pensando que si no te gustan no tienes por qué venir, me conformo con verte en otros lados.

—¡No! —Exclamó Gil—. Aquí es donde paso mas tiempo contigo y quizás ahora no me parezca muy interesante pero dame tiempo.

Ambos se sonrieron y se abrazaron.

A lo lejos algo llamó la atención de Gilberto, no estaba seguro pero creía haber visto a Jesús dando dinero para la fundación. Gilberto pensó en ir a saludarlo pero no estaba del todo seguro.

—¿Ese es Jesús? —preguntó Gilberto.

—¿Quién? —León miró y rio levemente—. Él se llama Enrique, ¿Jesús? ¿El vecino de tus amigos?

—Sí creí que era el —dijo Gilberto y quedo pensativo un momento.

—Bueno la verdad no sabría decirte solo he visto a Jesús una vez.

—Claro, debo ir al baño —dijo Gilberto y se dirigió al baño sacando su teléfono celular.

Llegó al baño y se aseguró de que nadie más estuviera ahí, se encerró en una caseta y me llamó por teléfono. Yo me estaba bañando en ese momento así que contestó Adriana.

—¿Hola? —contestó Adriana.                                            

—Adriana hola pásame a Andy.

—La perra se está bañando ¿Quieres que le de tu mensaje?

—No, olvídalo no era nada importante, chao —dijo Gilberto y colgó.

Cuándo Gilberto salió de la caseta vio a Jesús en el lavamanos Gilberto no supo cómo reaccionar, solamente pareció habérsele ido el aire del susto.

—Dios mío ¡Que susto me has dado! ¿Jesús que haces aquí?

—Soy una persona que trata de arreglar sus pecados con caridad.

—Ah ya veo —dijo Gilberto asustado—. Vaya, no sabía que tuvieras un tatuaje.

—Si me lo hice hace un tiempo cuando era un mocoso rebelde.

—Bueno yo debo irme, me dio gusto verte, creo, Adiós

—Claro, ¡Gil! cuídate —dijo Jesús algo intimidante.

—Claro tu igual —dijo Gilberto aun asustado.

—No me entendiste. En serio —Jesús se le acercó—. Cuídate.

Gilberto salió muy asustado del baño casi pálido sentía que no podía hablar o quizás no era que no pudiera si no que no debería hablar. Gilberto quedó confundido por lo sucedido.

 

Esa noche Alex llegó al centro de tolerancia sin saber de que se trataba todo el asunto, pero si sabía una cosa, que nunca se perdonaría el haber dejado que su amigo muriera y creyó que quizás ayudando a las personas necesitadas su alma se sentiría mas aliviada.

Llegó y lo que encontró fue una cosa muy distinta de lo que imaginaba, había padres cuyos hijos habían sido asesinados o golpeados brutalmente, habían políticos que lo único que querían era hacer notar su presencia y ganar el voto rosa, pero habían también personas como el, personas que se sentían culpables por alguna u otra razón. Alex se acercó a dónde estaba este grupo de personas estaban sentados formando un circulo como si fuera una especie de terapia donde se encontraba Jonathan, el chico que le guiñó el ojo, quién lo invitó a sentarse y escuchar los testimonios de esas personas.

30 minutos después habían terminado de decir sus desgarradoras historias y Alex estaba decidido a irse ya que creyó que por ellos él no podía hacer nada. Pero cuando estaba apunto de salir por la puerta lo detuvo Jonathan.

—¿Qué ya te vas? ¿No logramos desgarrarte el corazón lo suficiente como para que te quedaras? —preguntó Jonathan.

—No, no es eso es solo que la verdad no se ni como es posible ayudar a estás personas, apenas y puedo ayudarme a mi mismo con lo que ha pasado, necesito distracciones.

—¿Qué clase de distracciones? —preguntó Jonathan y ambos se miraron fijamente por un instante.

No pasó mucho tiempo para que Jonathan estuviera teniendo sexo con Alex en los baños del personal de limpieza. Fue algo espontáneo y fue una buena distracción para Alex.

Ambos se encontraban tirados en el suelo semidesnudos.

—¿Qué te parece si nos vamos a Boys? —preguntó Jonathan.

—¡¿Qué estás loco?! Apenas y he podido salir de casa por el miedo ¿Qué te hace pensar que voy a regresar a ese lugar tan de mierda? Sabiendo que hay una especie de Jack el Destripador de maricas allá afuera no me dan ganas ni de salir a la tienda.

—No exageres por lo regular un asesino en serie no comete su crimen dos veces en el mismo lugar. Es mas probable que te siga hasta tu casa o en algún otro sitio que frecuentes pero no creo que vuelva a hacerlo ahí mismo —agregó Jonathan.

—¡Ah! Gracias por calmarme —dijo Alex sarcásticamente.

—No te van a matar, además no te mencioné que esta noche va haber concurso de trajes de baño.

—Se necesita más que un traje de baño para sacarme de mi casa.

—Entonces después podríamos volver a repetir lo de hace un rato.

—¿Y porque esperar hasta que sea mas noche? —dijo Alex y parecía que quisieran volver a tener sexo. En eso entró el otro tipo al que amenazó Alex. Orlando.

Al entrar Orlando al baño inmediatamente cerró la puerta asustado y Alex y Jonathan solo rieron y siguieron con lo que hacían, después de todo ahora tenían quien vigilara la puerta.

 

Esa noche Marcos volvió a tener un sueño, pero este era distinto al pasado, no tanto, esta vez soñó con la penúltima vez que vio al sujeto que mataron, recordó que platicó con el afuera de un restaurante, no fue mucho lo que platicaron y fue una plática insignificante.

Pero esta vez vio un poco más de lo que podía ser el asesino o simplemente su novio, no volvió a reconocer su cara pero sabía que ya lo había visto en algún otro lado. Marcos volvió a despertar asustado y me llamó por teléfono y en menos de media hora ya me encontraba en su departamento.

—Será divertido. Cómo cuando éramos más jóvenes y te quedabas a dormir en mi casa y veíamos porno toda la noche.

—No chingues en ese entonces aun creías que te gustaban las vaginas y las chichis —dijo Marcos burlándose.

Le avente un pedazo de pan de dulce que comía.

—¿De que tienes miedo? ¿Qué el asesino de pronto te mate como en la película de Pesadilla en la calle del infierno?

—¿Quien te dijo que tengo miedo?

En ese justo momento tocaron el timbre y ambos dimos un salto de susto. Era Gilberto, Marcos también lo había llamado.

—He traído cosas para la pijamada —dijo Gilberto al entrar y traía consigo un tequila y marihuana.

—¿Pijamada? —preguntó Marcos.

—Nos llamaste a los dos ¿Y dices no tener miedo? —le dije.

—¿Pijamada? —volvió a repetir Marcos con cara confusa.

—Así que dinos ¿Quién es el asesino? —preguntó Gilberto echándose en la cama y arrebatándome mi pan dulce.

Algo que hay que saber de Marcos es que nunca va a aceptar cuando tiene miedo pero sus amigos lo identificamos, porque no le gusta estar solo.

—Ya les dije que no he podido ver su jeta, podría se cualquiera que conozcamos o quien sabe quizás hasta mis sueños sean erróneos y nada de lo que soñé pasó, ¡Obvio! No lo pensé antes, son solo sueños producto de mi imaginación.

Gilberto y yo nos miramos sacados de onda.

—Marcos, oficialmente has quedado loco. O loca —dijo Gilberto.

—¡Es que no se quien pueda ser! Lo único que se es que tiene un tatuaje en el brazo.

Gilberto se quedó pensando.

—Bueno eso no nos dice nada conocemos a muchos idiotas con tatuajes en los brazos —dije.

—¿En que brazo tenía el tatuaje? —preguntó Gilberto dudoso.

—No lo recuerdo creo que el derecho o el izquierdo no lo se —dijo Marcos dándole poca importancia.

—¿Por lo menos recuerdas que dibujo era? —preguntó Gilberto.

—Que importa hoy en día todos se tatúan lo mismo —les dije.

—Era la insignia de Batman.

En ese momento Gilberto estuvo a punto de ahogarse con el pan que comía, incluso se puso pálido por el comentario de Marcos ya que Jesús tenía el mismo tatuaje en el brazo izquierdo, pero decidió no decirnos nada quizás para no espantarnos.

—Traga bien —finalizó Marcos.

 

A la mañana siguiente en Starbucks todos estábamos que nos moríamos de miedo desde lo que le pasó a Víctor. Todos claro excepto Alex quien insistía en contarnos todo lo que había hecho anoche, aun que tratáramos de ignorarlo el seguía hablando y hablando cosas obscenas sobre cuantas veces tuvo sexo anoche y en cuantos lugares.

—Se los juro creo que estuve apunto de quedarme sin semen —dijo Alex y puso una sonrisa mostrando sus dientes.

—¿Me prestas una de tus servilletas?

Dijo Adriana a Gilberto para tratar de que Alex se callara.

—Parece que no escucharon nada de lo que les dije —dijo Alex.

—Sabes que es peligroso estar afuera estos días ¿Y aun así sales? —le dije para que se callara.

—Tu ni me hables —me dijo Alex.

—Ya van a comenzar con su pelea de reinas —dijo Marcos.

—No tengo nada que pelear con éste.

—¡No sé que quieres que te diga! —exclamé.

—No me digas nada, háblale a la mano —me dijo Alex y me puso la palma de su mano enfrente.

En ese momento me llegó un mensaje a mi móvil, era un mensaje de María diciéndome que prendiera la televisión en las noticias del canal 4, inmediatamente le dije a Marcos que con su teléfono con televisor sintonizara el canal y ahí estaba la crónica de los dos asesinatos ocurridos hace unos días y mas aparte nueva información. Según el reportero, ya habían capturado al asesino, lo pasaron en la pantalla todo golpeado. Marcos quedó dudoso.

—No es él —dijo Marcos seguro de sí mismo y tomando de su café.

Todos lo volteamos a ver sorprendidos menos Gilberto quien tampoco se había creído la noticia.

—Tampoco creo que sea el —agregó Gilberto.

—¿Y porque tan seguros? —Preguntó Adriana—. ¿Lo conocen o que? Deberíamos estar felices de que al fin capturaron a ese maniático.

—Como sea. Entonces ahora que todos estamos más tranquilos hay que prepararnos para ir el viernes a Boys, va ser la final del concurso en trajes de baño —dijo Alex.

—Aún tengo un mal presentimiento —dijo Gilberto.

—Yo igual pero tampoco debemos estar viviendo ocultándonos de los homofóbicos, no debemos darles el gusto de que nos metan miedo —les dije y se miraron entre sí.

—Creo que en eso estoy de acuerdo ¿Puedo ir? Llevaré a María así quizás conozca a una chica nueva y me deje de acosar —dijo Adriana.

—Siempre y cuando esta vez nadie haga ningún drama, nadie trata de huir, nadie se trata de matar ¿Si? —dijo Marcos y reímos.

—Llevare a León. Así podrán conocerlo más —dijo Gilberto.

—¿Es una amenaza? Como sea aun así iré —Dijo Marcos y Gilberto le dio un leve empujón.

 

Más tarde ese mismo día llegué a la oficina de Paul para que saliéramos a comer juntos en su hora de descanso, pensé que estaba portándome como un idiota celoso y sin ninguna razón. Si, ha estado con mujeres pero ahora está conmigo y ya es punto y aparte, otra historia que no tiene nada que ver o al menos eso creía ya que cuando llegué a su oficina y hablaba con su secretaria vi que su ex prometida salió del despacho de Paul.

—¿Ese es su despacho? —Le pregunté a la secretaria deseando que me dijera que no.

—Si ese es, usted vaya lo le avisare por teléfono —dijo sonriente.

Solo le devolví la sonrisa pero esa sonrisa se me convirtió en cara de disgusto. Aun así caminé hacia el despacho y con cada paso que daba sentía que mi corazón se caía en pedacitos.

—¡Hola! —me dijo Paul muy sonriente.

—Hola, yo vine a… bueno pensé que… es que no si estés libre en este momento quería que fuéramos a comer a… —en ese momento entro la ex prometida con su perfecta figura y su melodiosa voz.

—Buenas tardes —dijo Marlene, la ex, y le dio unos papeles a Paul y volvió a salir de el despacho.

Parecía como si Paul no hubiera visto lo mismo que yo lo único que hizo fue revisar los papeles. Yo aun tenía mi cara de ‘‘!¿Qué?!’’ y el parecía no notarla así que le dije la verdad.

—¿Trabajas con tu ex novia? No, no, no, no, no. Corrección. ¿¡Trabajas con tu ex prometida!?

—Bueno, si algo así, no creí que fuera tan importante. Un momento ¿Estás celoso? —dijo Paul riendo.

—No, no estoy celoso pero por lo menos me pudiste haber dicho que trabajas con tu ex —dije algo molesto.

—Si estás celoso —dijo Paul y siguió riendo y tomó su abrigo—. Deja que se lo cuente se va cagar de la risa.

No entendía de porque se reía ni de porque ella se reiría, pensé que me estaba tomando por estúpido.

—No entiendo cual es la gracia —le dije.

—Claro que no lo entiendes y no lo entenderás. Le das demasiada importancia a esto amor.

—¿Demasiada importancia? ¿Y como se yo que no te la estás echando mientras estás aquí? —dije algo molesto.

Al parecer a Paul no le agradó mucho mi pregunta por que tomó sus cosas me miró con una mirada seria y salió del despacho.

—¿A dónde crees que vas? Te dije que iríamos por algo de comer —le dije algo más relajado.

—No es justo que me hables así ni siquiera conoces la historia entre nosotros, no sabes ni de que estás celoso.

—Pues cuéntamelo ahora mismo, tenemos tiempo y de sobra.

—No tenemos tiempo, tengo que ir a una junta.

—Bueno ve y diviértete espero que te acompañe la zorra esa.

Paul pareció hartarse y salió caminando del despacho, yo iba gritando atrás de él, todos en la maldita oficina se nos quedaban viendo.

—Solo recuerden usar condón ¡No se vaya quedar embarazada!

Es importante prestar atención a lo siguiente ya que todo pasó como si fuera en cámara lenta. Inmediatamente termine de decir eso todo se silenció, Paul se dio la media vuelta y aun tenía esa mirada espantosa, tiro su maletín y me soltó un golpe en la cara que me mandó hasta el suelo ¡No lo podía creer! Quien se cree. Todos en el lugar lo miraron despreciándolo.

—¡Sigan con su trabajo que para eso les pago carajo! —les gritó Paul enojado y se fue por el elevador.

—¿Te ayudo? —me preguntó Marlene y acepte su ayuda.

10 minutos después estaba en el despacho de Marlene con una botella de agua fría sobre mi jeta, nunca me habían hecho esto.

—¿Qué fue todo eso? ¿Acaso una escena de telenovela? —preguntó Marlene metiendo hielos a su mini refrigerador.

—No sé que le pasó. No creí que fuera capaz de hacer una cosa como esa. Tenía una mirada que me dio mucho miedo. Parecía que no fuera el. Es extraño —le conté.

—¿Qué no fuera el mismo dices? Yo diría que lo estás conociendo mas afondo —dijo Marlene y enseguida guardó silencio.

—¿Qué me quisiste decir con eso?

—Nada olvídalo no es nada y no pongas cara de enojado que te dolerá mas el golpe.

Marlene se comportaba de una manera extraña y nerviosa, como si tratase de ocultarme algo.

—Sé que estuviste comprometida con Paul —le dije.

—Si hace como dos años pero somos buenos amigos desde hace mucho tiempo ya, imagínate es mi amigo desde que íbamos en la primaria —dijo Marlene.

—¿Y que pasó? —pregunté—. ¿Por qué se separaron? Digo, no es que me interese pero creo que al menos debo saberlo ya que tu trabajas con el y todo el rollo.

—Creo que yo no soy la persona que debe decirte eso, porque podría interpretarse como que quiero interponerme entre ustedes y la verdad es que no, no me atrae Paul y nunca lo hizo. Nos comprometimos por otra cosa que no tiene nada que ver con el amor.

Me imaginé lo peor.

—¡¿Sexo?! —le pregunté.

—Muchacho. En serio creo que el que debe decirte eso es él y no yo.

—Si. Sí es que aun quiere hablarme —le dije y ella sonrió.

Genial ahora si que estaba en problemas no sabía como remediar esto, quizás yo me busqué que me golpeara por las cosas que le dije pero por otro lado nada justifica los golpes; anoten, ¡Nada!

 

—¡¿Se puede ser mas hijo de puta?!

Dijo Gilberto mientras caminábamos él, Marcos, Adriana, María y yo en dirección hacía Boys.

—No es para tanto —le dije.

—¿Qué no es para tanto? ¡Te ha dejado un ojo morado! ¿Qué sería para tanto? ¿Qué hubiera mandado al hospital o algo peor? —dijo Adriana en un alto tono de voz.

—Dilo mas fuerte no creo que te haya escuchado hasta su casa —le dije sarcásticamente.

—No se porque no se lo devolviste. Yo lo hubiera hecho, digo, después de todo no por ser gay significa que nos creemos mujeres y que no vamos a defendernos de igual manera, no sé que pensabas —dijo Marcos.

—No lo hizo por que él no es como tu semejante chimpancé —le dijo María a Marcos y me tomó por el brazo—. No lo escuches.

—No estoy seguro pero creo haber escuchado un cumplido —le respondió Marcos de forma burlona.

—No creo que tengas razón Marcos hasta sonaste como un machista ¿Qué te hace pensar que una mujer no se defendería a golpes? —le preguntó Adriana.

—Pero es que tú eres mitad lesbiana y eso no es lo mismo que ser completamente mujer —le dijo Marcos de broma.

—Aun así, aun que tenga vagina tengo manos y te puedo dar un puñetazo aquí mismo —le respondió Adriana.

—Sí claro ya quisiera verte haciendo el oso en la calle —le respondió Marcos y rio.

—Creo que deberíamos cambiar el tema.

Pero justo en ese momento de la nada Adriana le soltó un putazo en la cara a Marcos, no fue muy duro pero había demostrado su punto. Todos nos quedamos mirando a Adriana con cara de asombro hasta que ella nos volteó a ver, entonces la dejamos de mirar. Por miedo.

—¿Estás segura de no ser lesbiana? —preguntó María en broma.

—Nada de esto arregla mi problema ¿Qué voy hacer? Tengo un novio golpeador y bipolar —les dije.

—Se te olvidó decir bisexual y ex comprometido —agregó Gilberto.

Lo miré horrible.

—Gracias ahora me siento mejor —le respondí con sarcasmo.

—No sé que le ves de malo a la bisexualidad, es el regalo divino de Dios, es como que la verdadera orientación sexual, no discriminas a nadie y tienes más oportunidades de encontrar con quien tener sexo —me dijo Marcos.

—Claro pero al mismo tiempo que tienes mas oportunidades de encontrar el amor, también tienes más oportunidades de que te engañen. Por cierto ¿Qué fue de tu ex Ximena? —contraataco Gilberto.

—Punto a tu favor —dijo Adriana y encendió un cigarrillo.

—¿Y cuando mencione amor?

—Pues sigo sin saber como voy a resolver esto ¿Qué tal si después de lo que le dije ya no quiere seguir conmigo? Me porté como si fuera un niño primerizo.

—¡Aguanta! ¿El sujeto te golpeó y lo único que te importa es saber si te va perdonar? ¿No se supone que deberías ser tu el que lo perdone? Él es quien se comportó como un idiota, no le des el gusto de pedirle perdón —dijo María enojada.

—Claro que se puede solucionar ¿Cómo? Termina con el y ya, así de simple, sí ya atacó una vez lo mas probable es que lo haga de nuevo, no te quieras sentir como Rihanna —dijo Gilberto y Marcos rio.

—La única solución es que vayas inmediatamente a su casa y forniques con el hasta morir, el sexo siempre arregla las cosas, te lo digo por experiencia propia —dijo Marcos.

—Vaya filosofía —dijo sarcásticamente Adriana.

—Ya me conoces —respondió Marcos.

—Pues yo creo que la bisexualidad solamente es una forma de ocultar la homosexualidad completa, pero no es lo mismo con las chicas, siento qué ellas si pueden serlo, sinceramente nunca he conocido a un sujeto bisexual que terminara casándose con una mujer —dijo Gilberto.

—Pienso de la misma manera que Gilberto, es solo una forma de esconder su homosexualidad al cien creyendo que así van a ser mejor vistos por la sociedad. Pero no —dijo Marcos soltando una sonrisa al último.

¿Estaba en lo cierto Marcos? ¿La bisexualidad en los hombres es solamente una forma de ocultar su verdadera sexualidad? ¿Existe una diferencia entre las emociones del hombre y de la mujer que permiten a estás ser verdaderamente bisexuales? Sinceramente estaba muy confundido por este asunto. Jamás había salido con alguien bisexual o que hubiera tenido sexo con una mujer al menos una vez en su vida, pero si lo pensamos detenidamente todos los humanos somos iguales y no me refiero al físico o a la personalidad y de ser todos iguales ¿Entonces significa que todo el mundo podría ser bisexual?

 

Ya pasaban de las 8 de la noche cuando llegamos a Boys, y tal y como lo había dicho Alex, era la noche de la final en traje de baño, cuando llegamos a la entrada un hombre de como dos metros de altura y un metro de ancho nos dijo que no podíamos entrar con ropa y que nos teníamos que desvestir y claro; para Marcos y María eso no fue un problema. Ya comenzaba a mejorar el ambiente entre tantas personas en ropa interior, lo único que yo hacía era estar tomando sentado en la barra como si fuera un maldito borracho.

Anthony no había trabajado ese día así que ni siquiera tenía con quien platicar. No perdí el tiempo y me puse a pensar entre las relaciones que mantienen las personas bisexuales, ya sean una mujer y un hombre, dos mujeres o dos hombres ¿Se mantendrán todos monógamos? ¿No sentirán miedo de que sus parejas les sean infieles? Después de todo Gilberto tenía algo de razón, mientras alguien sea bisexual puede que sea mas infiel, o puede que no y solo dependa de la moral de esa persona.

—¡Hey! Vamos a bailar ¿O es que has venido solo para emborracharte? Vamos, Alex esta bailando ridículamente tienes que verlo —Me dijo Adriana algo tomada.

—Gracias pero creo que prefiero distraerme de otra forma.

—Aquí no vas a solucionar nada. Levanta ese culo y haz algo, solo te estás torturando, te gusta el dolor.

No me gustó lo que me había dicho Adriana y no se si era por que tenía razón o por la forma en la que me lo dijo. O quizás fueron ambas. La miré y le dije:

—No es necesario que me grites —me levanté decidí ir por mi ropa que guardaron y salí del lugar.

Y ahí estaba yo, sentado nuevamente afuera de Boys, esperando a que se apareciera el auto de lujo de Paul y me dijera que volviéramos a ser felices como en nuestra primera semana. Pero nunca pasó.

—Hola ¿Me prestas tu encendedor? —me dijo un chico sexy que salió en ropa interior desde Boys.

—Claro —le dije. Encendí su cigarro y uno para mí.

—¿Qué haces aquí afuera? La fiesta esta allá adentro —me dijo.

—Si es solo que necesitaba salir un poco, no soporto tanto ruido en estos momentos —le dije y el chico se sentó junto a mí.

—¡Mierda! ¿Qué te pasó en el ojo?

—No es nada solo me caí y… por accidente… me golpeé con la cosa de la… cosa. Ya sabes.

Ni yo me la creí.

—Sí claro ¿Esa cosa no era un puño? —preguntó.

—¿Y a ti que te importa? Eres un jodido extraño.

—Tal vez si —dijo y guardó silencio—. Soy David y me acabo de mudar de Ciudad Juárez.

—Ah, hola yo soy Andrés, dime Andy, soy de aquí de la Ciudad.

—Bueno, supongo que ya no soy un jodido extraño del todo ¿No lo crees? —dijo David y me sonrió.

Solté una leve risa y pude notar lo atractivo que era David, o tal vez era solo el efecto del Vodka, de cualquier forma necesitaba que alguien me hiciera reír, y de preferencia alguien guapo como David.

—La verdad es que mi novio me golpeó —le confesé.

—¡Auch! Supongo que debe ser un idiota.

—Eh tranquilo, apenas te conozco y ya estás llamando a mi novio idiota, —guardamos silencio y después reí—. ¿Y porque idiota?

—Bueno si yo tuviera a alguien tan sexy como tú no le haría daño —me dijo y me guiño un ojo.

Me dio mucha pena solo pude soltar una sonrisa y un ‘‘Aww’’

—¿Y que te trajo a vivir a la Ciudad, David? —le pegunté.

—Pues necesitaba trabajo, intenté irme a Estados Unidos pero no pude y entonces pensé ¿A dónde más puedo ir? ¿Guadalajara? ¡Jamás! Dije, y recordé que tenía un tío abuelo viviendo aquí en el D.F.

—Azares de la vida, supongo.

—No creo en la suerte —dijo seguro de sí mismo.

En ese momento salió Alex muy borracho ¡Apenas podía caminar! Pensé en ayudarle pero iba acompañado de un sujeto, me quedé preocupado. David también los miró.

—Es horrible ¿Quién podría juntarse con alguien así? —me preguntó David mientras miraba a Alex y al sujeto.

—Ni idea —le dije.

 

Mientras tanto en Boys la gente estaba vuelta loca, en especial mis amigos. Marcos se había echado a los tres primeros lugares del concurso de trajes de baño, Gilberto y Adriana estaban vomitando prácticamente no salían del baño desde hace 30 minutos y María ya había logrado ligar con una chica en un lugar lleno de hombres y Alex se había desaparecido. David y yo decidimos entrar de nuevo pues había comenzado a llover, le invité una cerveza y nos quedamos platicando por un buen rato hasta que…

—Te he estado buscando por 20 minutos —dijo Paul al aparecerse en la mesa dónde estábamos.

—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo supiste que iba estar aquí? —le pregunté confuso.

—Traté de llamar a Adriana pero no contestaba, así que llamé a tu casa y me contestó Jesús, me dijo que estarían aquí —dijo y volteó a ver a David—. ¿Quién es este?

—¿Y a que has venido? ¡Un momento! ¿Jesús en mi casa?

—Si llamé hace unas dos horas más o menos, no me quieras cambiar el tema ¿Quién es este? —insistió Paul.

—Soy David —dijo y se dieron la mano cortésmente.

—Tenemos que hablar —me dijo Paul.

—Claro. David yo te veo luego —me despedí de él y me dirigí con Paul a la salida principal.

—¿Qué es lo que te pasa? Tenemos un mal entendido y enseguida sales a buscarte a otro —me dijo algo enojado.

—No salí a buscar a nadie, vine aquí con mis amigos, que no se donde están, y lo conocí aquí. No tiene amigos y acaba de llegar a la ciudad. Controla tus celos.

—Pero si mira quien lo dice, la persona que está celoso de una mujer —dijo Paul en tono burlón.

—Sí me lo explicaras todo sería mas sencillo ¡Pero no! Solo te ríes, te quedas callado ¡Ah! Y últimamente me golpeas.

—Lo del golpe fue algo que no se de donde me salió y en serio me siento muy mal por haberlo hecho, jamás en mi vida había echo algo así solo que me provocaste —me dijo con una mirada triste.

Había algo en sus ojos que jamás había visto. Sus ojos tenían el mismísimo brillo de la sinceridad y del arrepentimiento. Supuse que si él era lo suficiente maduro como para aceptar que se había equivocado yo debería de hacer lo mismo respecto a mis celos.

—No me molesta que trabajes con tu ex y tampoco me molesta que seas bisexual. Es mas si quieres mirar porno hetero adelante, solo quiero que me digas la verdad de ahora en adelante —le dije.

Paul reía y yo solamente lo miraba confundido.

—Es que no entiendes, no te conté nada por que ni siquiera hubo nada entre ella y yo.

Ahora si estaba mas confundido qué antes. Él no decía nada mas solo dijo eso y se me quedó mirando como si no me quisiera explicar.

—¿Y has pensado en decirme entonces porque se comprometieron?

—No, no lo pensé.

¿¡Que pasaba por su cabeza!?

—Pues quiero saberlo, ¡No! No es que quiera es que debo saberlo, ya que si no fue amor entonces no sé porque —le dije alterado.

—Su abuela. —Se quedó callado—. Ella estaba muriendo y le dijo que si quería recibir la parte de su herencia quería verla casada, y aun que jamás logró verla casada consiguió verla comprometida conmigo. La abuela murió y nos dividimos la parte de la herencia.

No sabía si saltar de emoción o llorar por que mi novio tiene corazón de un avaro.

—¿Estás seguro de no ser Judío? —le pregunté y el rio—. ¿Eso significa que tampoco eres bisexual?

—¿Qué lo decías en serio? No puedo ni mirar un coño sin imaginarme qué me va tragar completo —dijo Paul y ambos reímos.

—Aun así lo que hiciste fue muy malo, solo por interés.

—De no haberlo hecho ahora estaría en la quiebra, no tendía nada de lo que tengo y, obvio, tampoco te tendría a ti.

—Yo estaría contigo, aun que fueras mas pobre que nada.

Le dije abrazándole y nos dimos un beso. Aun que eso no resolvía lo del golpe por lo menos ya había solucionado una cosa. Cuando de pronto un montón de patrullas empezaron a llegar a la otra cuadra, en ese momento supuse lo peor. A lo lejos venían dos chicos corriendo.

—¡Ha pasado otra vez! —gritaban una y otra vez los tipos.

La noticia corrió en segundos por toda la zona. Toda la gente comenzó a salir del lugar, unos para irse a sus casas y otros para ir a ver lo que había sucedido. Era tanta la gente que quería salir al mismo tiempo que no podían salir. La puerta de emergencia estaba cerrada. Afortunadamente nosotros estábamos afuera. Pero mis amigos no.

—¡Tenemos que irnos! —dijo Paul.

—¡¿Estás loco?! No me voy a ir sin mis amigos están ahí dentro.

—Esto es un desastre van a tardar en salir, tenemos que irnos.

Paul me tomó por el brazo pero me solté de él y me dirigí a la entrada donde pude sacar a Adriana a salvo. No pasó mucho tiempo para que llegaran los expertos y trataran de solucionar el problema.

Minutos después estábamos sentados en la banqueta tratando de tranquilizar a Adriana. Afortunadamente Marcos y María habían esperado en El Infierno y Gilberto había seguido vomitando en el baño. Todos salieron con bien, al decir todos solo me refiero a mis amigos.

—¿Ya fueron a ver quien fue la victima? —preguntó Gilberto.

—Nada hará que me acerque a ese lugar ya tuve suficiente con el susto de hace un rato —dijo Adriana.

En eso llegó Marcos algo agitado. Venía de la otra cuadra donde se suponía volvió a suceder un asesinato. Nos miró con una mirada de escalofrío el pobre no podía ni hablar, le temblaba todo el cuerpo y su piel estaba más pálida que de costumbre.

—¡¿Qué sucede?! ¡Habla carajo! —dijo Gilberto desesperado.

—No lo van a creer. —Al fin pudo hablar Marcos. Se le iba constantemente el aire.

—¿Qué ha pasado? —preguntó Adriana.

—El chico, ahora le tocó, —Marcos decía con esfuerzo—. Es Alex.

No supimos como reaccionar a eso. Solo nos quedamos serios ahí sentados sin saber que hacer al respecto. Jamás me había sentido tan inútil. Le rogaba a Dios que no fuera cierto.


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