Capítulo 2

 

2.

Abstinencia lubricada.

 

    Hace una semana me encontré a mi vieja amiga María. María y yo habíamos sido amigos desde que íbamos en la secundaria cuando ella me confesó que era lesbiana y yo le confesé que era gay, en fin, me la encontré en un lugar que creí que jamás me la encontraría, en un centro comercial ella solía decir que eran para gente superficial y sin alma, fui a visitar a Paul e invitarle a comer a la hora del descanso cuando vi a María gritándole a alguien por teléfono mientras parecía tener problemas con su tarjeta de crédito con la que pagaría sus prendas de Versace.

—¿María? —pregunté y le tome del hombro.

—¡Andy! ¡¿Qué milagro?! Mírate estás súper delgado.

—Oh si es por el cigarro —le dije y sonreí.

A María siempre le molestó que fumara por alguna extraña pero saludable razón que desconozco.

—Debes dejar ese maldito vicio ahora mismo —ambos reímos.

—Señorita va a comprar eso ¿Sí o no? —preguntó el sujeto que trabajaba como cajero en la tienda.

—Métase su Versace por el culo —dijo María, me tomó del brazo y salimos de la tienda.

Me sorprendió María, después de 6 años desde que íbamos a la secundaria seguía teniendo la misma actitud y esa es la actitud que hay que tener a toda edad siendo una lesbiana. María me contó porqué se encontraba discutiendo con el sujeto de la tienda, resulta que hace cinco semanas conoció a una mujer que era 5 años mayor que ella, se veían a diario y casi a todas horas a excepción  de cuando ella tenía que ir a trabajar, Isabela, la mujer 5 años mayor, convenció a María de que se fueran a vivir juntas a pesar de no haber tenido sexo, María lo tomó como una buena oportunidad para alejarse de su casa ya que quería experimentar cosas sin la necesidad de necesitar de sus padres así que aceptó. Una semana después de haberse mudado, Isabela llevo a casa a dos mujeres, llegaron borrachas y decididas a todo y María quien estudiaba para poder volver entrar a la universidad se confundió al pensar que Isabela no quería vivir con ella como pareja si no como algo menos sentimental pero tampoco amiga algo que ni yo ni nadie sabría clasificar ya que no tenían sexo pero vivían juntas, se amaban pero seguían viendo a otras personas, la palabra correcta sería puta, pero no del todo en definición. En fin, María confrontó a Isabela a la mañana siguiente, necesitaba saber más a fondo lo que eran.

—¡¿Entonces para que me dijiste que me mudara?! —exclamó María aquel día en casa de Isabela.

—Me dijiste que querías cosas nuevas —respondió Isabela con la resaca por su noche de parranda.

—¡Pero creí que era para estar juntas!

—No mames. ¿Juntas? Ni siquiera tenemos sexo.

María se puso furiosa y salió a caminar un rato. Al volver a casa notó que sus cosas estaban afuera y la cerradura ya era otra. Isabela la había echado de su casa sin avisarle.

—Todo esto paso hace apenas una semana, ayer aún las tarjetas de crédito funcionaban pero hoy ya no, no sé lo que haré, le llamo por teléfono pero me contesta otra persona y me hace enojar.

—Y entonces ¿Qué vas hacer?

—Pues no lo sé ya el tiempo dirá —dijo María y se comió un caramelo que guardaba en su abrigo.

—Si quieres puedes quedarte en nuestro departamento, tenemos un sofá cama que puedes ocupar por un tiempo.

—¿En serio? ¡Gracias Andy! Me salvas la vida por enésima vez.

La verdad no sabía cuántas veces le había salvado la vida a María pero ella siempre decía que era la enésima vez.

 

Volviendo a casa me puse a pensar en las relaciones de homosexuales y lesbianas que su principal base es el sexo, tienen sexo oral, sexo anal y hasta sexo en tríos ¿Qué pasaría si en una relación homo no tuviéramos sexo? ¿Seriamos capaces de sobrevivir como los heteros? ¿O simplemente nuestras relaciones se reducirían  a dámelo todo y lárgate a casa?

Más tarde me quedé de ver con Gilberto en una tienda de zapatos para que eligiera unos para una cena que habían organizado los papás de León para la comunidad, era una cena benéfica para ayudar al centro de jóvenes adolecentes contra el VIH.

Gilberto me platicaba de lo bien que se la pasaba con León y de cuantas veces habían hecho el amor y de pronto soltó la pregunta indiscreta entre amigos.

—¿Cuántas veces han tenido sexo tú y Paul?

Lo cierto es que no habíamos tenido sexo Paul y yo y no me había dado cuenta hasta ese día, una semana y media de mucho conocernos pero nada de sexo, todo el tiempo que nos veíamos era de salir a caminar, a comer, a ver una película, a una fiesta o algo por el estilo, algún lugar en el que no pudiéramos tener sexo, parecía como si todo lo planeará exactamente para que no tuviéramos sexo, pero ¿Qué estaba pasando aquí? ¿Me veía solo cómo su amigo? ¿O se estaba reservando para un momento especial?

 

Marcos fue a dar su testimonio del delito ocurrido a fuera de su casa, lo dijo tal y como Adriana y él lo habían repasado más de 10 veces antes de hablar ante la autoridad.

7 PM Marcos llegó a Boys acompañado de tres amigos y fue visto por varios testigos.

10 PM Marcos tiene un encuentro visual con la victima pero la víctima  estaba platicando con un sujeto que recuerda haber visto antes pero no está seguro.

12 AM Marcos se encuentra en los baños con la victima pero no pasa nada sexual ni verbal.

1:45 AM Marcos tiene sexo oral con un desconocido, en ese momento aparece la víctima.

2:50 AM Llegan el desconocido, la víctima y Marcos a casa de Marcos donde tienen relaciones sexuales entre tres personas durante más de tres horas.

6 AM Marcos los echa de su casa diciéndoles que tiene que ir a trabajar en una hora, ambos sujetos salen por la puerta y una vecina se persigna religiosamente al verlos, queda como testigo de que Marcos es inocente, al menos de la ley pero no de pecado según la vecina.

Después de haber ido a decir todo lo que sabía, Marcos y Adriana se fueron a comer a un restaurante de comida hindú, ambos llegaron para celebrar que Marcos al menos por ahora había sido exonerado de toda culpa, excepto la del infierno, ya estaban por abrir sus segundas cervezas de cuello largo cuando se apareció de repente Jesús, el nuevo y ardiente vecino que la otra noche le invitó una dona a Adriana.

—Hola Jesús ¿Cómo estás? —preguntó Adriana.

—Muy bien gracias, vine a ensayar a un bar que esta por aquí cerca, tal vez deberías ir a verme tocar este viernes.

—Estaría chido —dijo Adriana sonriendo— ¡Ay perdón! Marcos él es Jesús nuestro nuevo vecino, Jesús él es de mis mejores amigos Marcos.

—Fui yo quien le enseñó a poner un condón —dijo Marcos con un asentó muy gay y Adriana y el rieron menos Jesús.

Era uno de esos momentos incómodos en el que haces un chiste y cómo no todos se rieron o lo entienden desearías no haberlo contado nunca. Marcos y Jesús se miraban muy raros.

—¿Ya nos conocíamos o algo así? –—preguntó Marcos.

—No, no lo creo, te recordaría, entonces debo irme adiós —dijo Jesús rápidamente e igual se fue.

 

Habían pasado 10 días desde que Elizabeth se fue de su casa y abandonó a Eduardo y a Alex por ser gay, Alex por fin había encontrado un buen lugar donde quedarse. Creyó que ahí nada le haría falta, después de todo era una casa que tenía una dueña con una enfermedad de memoria, la casa de Gilberto y su tía. Una anciana con problemas de salud mental

—¿Estás seguro de tener todo lo que necesitas? —preguntó la tía al dejar entrar a Alex a un cuarto deshabitado.

—Claro tía Aurora, gracias por dejarme quedar mientras operan a mi madre y mi papá sale de la cárcel.

Aparentemente Alex no solamente se había aprovechado de la enfermedad de la tía de Gilberto, sí no que también le había cambiado el nombre de Gertrudis a Aurora y aparte se había inventado una nueva familia. En ese momento entró Gilberto confundido, él no sabía que Alex llegaría a su casa.

—¿Qué haces aquí? ¿Y porqué traes tus cosas? ¿Qué cosas le dijiste a mi tía Gertrudis? —preguntó Gilberto.

—¿Quién es Gertrudis? —preguntó la tía Gertrudis.

—Me estoy mudando con mi tía favorita Aurora —dijo Alex sonriendo—. ¿Verdad tía Aurora?

—¿Quién es Aurora? —dijo la tía Gertrudis aún mas confundida de lo que ya estaba.

—Tía ve a dormir y a tomar tu medicina —le dijo Gilberto a Gertrudis y ella salió de la recamara.

—Ahora sí, dime maldito demonio mal nacido ¿Qué tanto le dijiste a mi tía Gertrudis? —dijo amenazadoramente Gilberto.

—¿Quién es Gertrudis? —preguntó Alex.

—Mi tía ese es su nombre, si vas estar aquí tienes que hacer tres cosas, la primera, ayudarme con la limpieza de la casa, la segunda es no traer a ningún hombre a casa y la tercera es no aprovecharse… demasiado, de la enfermedad de mi tía Gertrudis ¿Entendiste?

—Tranquilo no me pasaré de listo, pero créeme que Aurora suena más bonito que Gertrudis.

—Le dirás solamente tía y ya, no reanimes sus recuerdos.

Ambos rieron y empezaron a desempacar, después de todo Gilberto necesitaba compañía en casa que no se olvidara de la plática.

 

Esa noche invite al señor idiota de Paul a pasar una noche en mi casa, compramos comida china y japonesa, compre la película titulada Erase Una Vez y tenía planeado que esa fuera la noche en la que por fin tendríamos sexo. Paul y yo subíamos por las escaleras mientras me contaba una anécdota y al entrar a mi departamento ahí estaba la señorita no he tenido sexo en mucho tiempo y por eso lo hago con mujeres que no conozco en una casa donde me dan hospitalidad, o en una sola palabra ‘‘María’’.

Yo grité del susto, la chica con quien estaba gritó del susto y se fue corriendo sin ninguna razón al baño, María solo se mordía el labio esperando a que la regañara pero a mí solo me importaba una cosa.

—¿Quieres cenar o solo quieres que veamos la película? ¿O vamos al postre? —le pregunté a Paul tratando de fingir que nada pasó.

Más tarde esa noche después de haber visto la película y de cenar, salí a la sala para platicar con María. Ella estaba viendo la televisión y comía galletas para llenar el vacío. Me senté junto a ella y le quite una galleta, enseguida me dio un golpe con la palma de su mano en mi mano.

—¿Al menos te divertiste? —pregunté a María.

—Si fue divertido ver cómo mi chica se metió en el baño y no salió de ahí en una hora —dijo María y ambos reímos—. Perdóname, es que en serio lo necesitaba ¿Sabes lo frustrante que es no tener sexo durante varios meses? 

Pensé en decirle la verdad a María pero entonces se desanimaría y se deprimiría.

—No, no lo sé —dije y prendí un cigarrillo.

—Será mejor que disfrutes de tu relación y de hacer el amor, porqué cuando menos te lo esperes se puede acabar.

No me pude sacar esa frase de la cabeza, así que decidí regresar a mi habitación y hacer lo que se supone que las parejas hacen, pero al entrar a mi recamara note que Paul ya se estaba poniendo de nuevo su corbata y su saco.

—¿A dónde crees que vas? Se supone que te quedarás a dormir esta noche —dije espantado.

—Mañana tengo que ir a trabajar y tienes a una amiga allá afuera que necesita de su mejor amigo.

—Ella estará bien y yo no soy su mejor amigo, casi no la veo.

—¿Qué te parece si nos vemos mañana y salimos a cenar algo o a ver una película? —me preguntó Paul.

—Cómo sea, después de todo el chiste es estar fuera ¿No?

Me sentí como si fuera una cosa que nadie quería tocar. Ni siquiera habíamos establecido si éramos novios o algo así lo cierto es que no sabía si el salía con otros hombres y por eso no me quería lo suficiente o si simplemente se estaba esperando a que el momento fuera adecuado. ¿Pero cuánto tiempo más podría esperar? Después de todo no éramos heteros y no éramos unos niños.

—Entonces te mandaré un mensaje por inbox al llegar a casa —dijo Paul y me dio un beso en la mejilla.

Apenas eran las 11 pm y a esa hora la vida en la ciudad apenas comienza, me vestí con lo más adecuado que tenía, me puse una camiseta ajustada de tirantes y no podía faltar mi cartera y cigarrillos. Salí a la sala.

—¿Te vas a quedar aquí a deprimirte o vamos a salir por sexo? –—le pregunté a María y ella se quedo boquiabierta.

—¿Qué te pusiste? Te ves súper gay. Pero vamos.

Nos fuimos a buscar sexo por ahí, claro que no encontramos, o tal vez si pero no me quise arriesgar a perder lo más bonito que me había pasado en mucho tiempo por solo una noche.

 

Y en departamento heterosexual de a un lado. Adriana se había dado la oportunidad de conocer a Jesús en vez de perder tiempo con el tiempo de duelo desde Juan, había conocido otras tres cosas de Jesús, su familia eran inmigrantes de Argentina y tenían un restaurante no muy popular en los suburbios, no estudio música pero su talento se fue desarrollando solo como sus sentidos y una vez estuvo a punto de casarse con alguien que no le correspondía.

—Simplemente no me correspondía.

Así lo dejó claro Jesús.

—Pero ¿Por qué? ¿Era una golfa, era muy fea?

—Te diré la verdad. No me case porqué ‘‘ella’’ era un hombre y no me había dado cuenta —dijo Jesús avergonzado.

—Ah —dijo Adriana y se quedo perpleja.

A la mañana siguiente en Starbucks Adriana maldecía la hora en la que conocía a todos esos hombres.

—He decidido que no volveré a conocer a nadie que ustedes me presenten, ¡Todos resultan tener algo de gay!

Dijo la triste Adriana quejándose.

—¡¿El músico es gay?! —Preguntó Marcos— pues yo si le doy.

—No es gay lo que pasa es que estuvo a punto de casarse con un transexual y no se dio cuenta —dijo Adriana.

—¡¿Cómo es que no se dio cuenta?! Se les nota en los senos, hermosa, perdón pero es un idiota y tienes que dejarlo —dijo Alex seguro de sí mismo.

—Dicen eso porque no lo han visto en persona, es todo un sueño —les dije y los demás me miraron.

—Estoy seguro de haberlo visto antes ¿De casualidad no fue a la UNAM? —preguntó Marcos.

—Seguro lo soñaste en uno de tus sueños húmedos —dijo Gilberto.

—¿Qué es lo que voy hacer? —preguntó Adriana triste.

—Mientras a él le gusten las vaginas sigue cogiendo con el ¿Cuál es el problema? Artificial, natural, una vagina es una vagina no importa si está hecha con restos de escroto —dijo Alex burlonamente y todos reímos menos Adriana.

—No me causa gracia —dijo Adriana.

—Me tengo que ir señoritas —dijo Gilberto y se levantó.

—¿A dónde mierda vas? Hoy es jueves y es día de ir a comprar películas porno —le dije.

—Iré con León a la casa de Adolescentes Contra el VIH.

—Últimamente te la pasas ahí con León señora casada ¿León es de casualidad VIH positivo? —preguntó Marcos.

—No digas mamadas —dijo Gilberto temeroso y se fue.

 

Gilberto nunca había pensado en porque la familia de León y León se la pasaban apoyando la causa contra el VIH, pero quiso pensar solamente que era porque eran buenas personas.

Llegando a la casa de Adolescentes Contra el VIH, ACVIH, Gilberto noto como todo se lo tomaban muy en serio, desde la decoración del lugar hasta los horarios de entrada y salida de cada refugiado. Gilberto decidió que lo más que podía hacer por la ACVIH era mantenerse con la boca cerrada y no estorbar.

—¿Cómo va todo? —le preguntó Gilberto a León al llegar a la ACVIH.

—Todo excelente amor —respondió León y le dio un beso.

—Y ¿Tú cómo estás? —preguntó Gilberto sonando preocupado.

—Bien. ¿Qué tienes? Te ves como pálido.

—No tengo nada.

Lo que en realidad Gilberto quería decir era ‘‘Por favor dime que no eres VIH positivo’’.

—¿Irás conmigo y mis amigos mañana viernes a Boys? Es la noche del especial a Cher y Alex la interpretará en uno de sus actos de homenaje —propuso Gilberto.

—Lo dudo, tengo que estar aquí para cuando lleguen los muebles que ha donado cierto político de izquierda que ha buscado el voto gay desde hace años.

—¿Algún día has pensado en salir a hacer otra cosa que ayudar a esta gente? —preguntó Gilberto algo molesto.

Aparentemente Gilberto nunca debió haber dicho eso, León se molestó y decidió irse a otra habitación del lugar. Gilberto nunca ha sido de rogarle a nadie así que salió de ahí.

 

—Perdón por llegar tarde pero tenía que arreglar algunos asuntos personales —le dijo Marcos a Fernando llegando a su despacho.

A pesar de que Marcos estuviera pasando por un momento muy difícil, él sabía que el negocio era el negocio y más tratándose de alguien que al parecer le interesaba en realidad, había pasado algo totalmente fuera de este mundo, a Marcos le gustaba alguien ¿Por qué? Por qué estaba fuera de sus posibilidades y era tan arrogante como él.

—¿Y no pudo por lo menos llamar por teléfono? Llevo una puta hora esperando a que pusiera su culo en esa silla —dijo Fernando y Marcos tomó asiento.

—Se me ocurre una buena idea para que usted pueda poner su trasero —dijo Marcos y se bajo los pantalones.

Al parecer Fernando pensaba de igual manera que Marcos ‘‘si me gustas te hago mío más de una vez’’.

Una hora después, luego de haber hecho lo que se supone que hicieron, ambos conversaban, tirados en la alfombra de su despacho, ciertos puntos del caso que estaban llevando. Y no me refiero a lo de la herencia.

—¿Pensaste en la invitación que te hice para salir a bailar un día de estos? —preguntó Marcos.

—Si ya lo he pensado y la verdad creo que aun no estoy listo para esto ¿Me entiendes?

—Ah no ¿Listo para qué? preguntó Marcos.

—Para mi primera relación sentimental con un hombre.

—¡Aguanta, aguanta, aguanta! ¿Quién dijo que por haber tenido sexo dos veces ya somos novios? —Marcos se puso de píe.

—Bueno creí que después de que nos llevamos tan bien, tenemos relaciones más que excitantes y que nos gustamos querrías que fuéramos pareja.

—¿Gustarnos? —preguntó Marcos.

A Marcos siempre le ha dado miedo pensar que le gusta alguien o peor aún, aceptarlo en voz alta.

—Tienes que irte y tal vez cambiaré tu caso con otro abogado.

—¿Porqué? Creí que te interesaba algo más de mí.

—No suelo hacer relaciones largas perdón, nunca se me ha dado y dudo que se me dé.

—Bueno —dijo Fernando mientras se vestía— gracias por haberme utilizado para sexo y haberme hecho perder mi tiempo con el caso —concluyo y se fue.

 

Más tarde ese mismo viernes en el camerino del antro Boys, ayudaba a Alex con el traje que utilizaría en su número de interpretación de Cher, teníamos vestidos ajustados con lentejuelas y brillantitos, teníamos varias pelucas, lacias y rizadas y teníamos una chamarra de cuero falso y mucho maquillaje corriente.

—¿Me disfrazare de Cher o de la Tesorito? —preguntó Alex.

Aparentemente en Boys no darían ni un peso más de presupuesto en esta clase de eventos, el año anterior a este fue un homenaje a Lady Gaga y lo único que hubo fue un loco que se puso carne falsa en su vestido y unos tacones de 15 centímetros con los que se cayó, y el año pasado a ese fue un homenaje a Madonna y no hubo más que feas imitaciones a La Monroe fingiendo tener senos y vagina, el año anterior fue un homenaje a Britney Spears y no hubo más que idiotas obesos bailando en un tubo con ropa ajustada y barata, comenzaba a creer que no eran homenajes si no unas burlas, pero este año sería mi amigo Alex y esperaba que cambiará esa fea tradición de dejar quedar mal a los iconos gay.

—Necesitare unas toronjas que se vean algo aplastadas y quiero que cambien el maquillaje de Avon por uno que sea más fino, Avon es un asco —le daba órdenes Alex a una empleada del lugar y la misma salió del lugar.

—¿Algo más reina? —pregunté burlonamente a Alex.

—Si voy hacer esto quiero hacerlo bien, ya hemos visto las anteriores y desde que tengo suficiente edad para entrar a este sitio no ha habido ningún homenaje bueno.

—¿Suficiente edad? Solo ha pasado año y medio desde que tenías edad suficiente ¿Cómo es posible que te dejaran entrar hace 4 años cuando tenías 15? —le pregunté.

—Ternurita —me dijo Alex tiernamente— mi lengua y mi boca juntos pueden hacer convencer, a cualquier cadenero y dueño de cualquier antro, que me dejen entrar.

—Eres un asco —le dije sonriendo—. Yo no he tenido sexo oral desde el Janucá.

Y así nada más, había soltado toda la sopa sobre lo que pasaba entre Paul y yo, Alex solo me miraba con una mirada de impresión y a la vez de lastima pero muy confusa.

—¡No, puede, ser! ¿Hace cuanto que se conocen y aún no han tenido sexo oral?

—Hoy hace dos semanas que nos conocimos y aún no hemos aclarado si somos novios o no, así que es justificación para decir que no hemos tenido sexo.

—¿¡No han tenido sexo!? —exclamó preguntando Alex.

—Grítalo más fuerte, no creo que en el zócalo te hayan escuchado —dije sarcásticamente.

—Es que simplemente no lo entiendo, cada vez que lo veo está contigo ¿Qué está pasando acá? Ni yo entiendo.

—¡No lo sé! Si lo supiera ya lo habría resuelto pero estoy en un punto de mi vida en el que nunca había estado, en una relación pero al mismo tiempo en ayuno sexual.

—Bueno te recomiendo que hagas algo ya o si no solamente quedará como tu amigo, ya nos ves a mí y a Marcos.

—Lo tuyo con Marcos era obvio que no se daría, todo el tiempo estaban peleando, ¡Corrección! Todo el tiempo están aún peleando de cualquier cosita —le dije.

—Cómo sea, si no tienes sexo con el señor de una vez terminarás siendo solamente su amigo y con ganas de que algún día llegue y acepte darte por detrás. Por cierto… ¿Qué rol eres?

—5 minutos para el ensayo —dijo una mujer que entro.

—Ya me dirás luego, debo salir a ¡Brillar! —dijo Alex con un acento muy gay y salió del camerino.

 

Viernes en la noche, lleno de vida, música y obviamente no podía faltar sexo y drogas, los ejecutivos salen de sus oficinas a tomarse un descanso de los coqueteos de sus secretarias, los estudiantes van a divertirse después de hacer tareas toda la semana, señores casados se dan una escapada de su casa para tener sexo con hombres solteros del centro y los más normales solo vamos esperar ‘‘lo que se dé’’. Ya empezaba a calentar el ambiente en Boys, remixes de varias canciones de Cher comenzaban a sonar, varias vestidas con años de profesión estaban listas para juzgar a Alex.

Llegamos Marcos, Gilberto, Paul, yo y solo por esta vez María y Adriana ya que los días que eran homenajes solían entrar varías mujeres al lugar. Nos sentamos en la barra.

—¡Qué pendejada! Toda esta gente ha venido solamente para ver el playback de Alex —dijo Marcos.

—No, toda esta gente vino a tener sexo y drogarse —dijo Gilberto.

—Si por cierto ¿Dónde está el amor de tu vida? —le pregunté a Gilberto.

—No ha podido venir, tuvo que hacer una importante… —dijo Gilberto y Marcos lo interrumpió.

—Una importante obra o acción en la casa de los adolescentes con VIH, ya nos has dicho eso varias veces.

—Tengo miedo ¿Qué tal si el esta, ya saben, infectado?

—Mientras existan los condones sigue cogiendo hasta que el mundo se acabe —dijo Marcos.

—Tal vez solamente tuvo algún conocido que enfermo o tal vez algún familiar, no tiene por qué ser precisamente el —dijo Paul y Gilberto pareció entender.

—He venido lista para mamar un buen coño esta noche —dijo María mientras consumía cocaína.

—Ojala tengas suerte, en Boys los hombres ganamos en un 10 a 1 y eso solo porque hoy es un día especial —dijo Gilberto

—No es un día especial, solamente una vestida bailara —dijo Marcos y todos reímos.

En ese momento llego Alex mas gay que nunca, disfrazado de Cher y con una apariencia que confundía si era vestida o no.

—¿Quién dijo vestida? —dijo Alex y le dio un leve golpe a Marcos.

—No es posible  —dijo Adriana y se puso de pie— se ve mejor que yo y eso que él es hombre.

—Es que yo si voy al gym y trato de no embarnecer —dijo Alex burlonamente y reímos— ahora si me disculpan, debo ir a tomarme una foto con mi homologo La Trevi —se fue.

 

Y ya mas noche, antes de empezar el show, Gilberto se puso más ebrio que nunca, es decir, más ebrio que nunca en lo que va del mes y se puso a pensar que había sido buena persona con León. Le era fiel, era muy cariñoso, era sincero y no se fijaba en sus defectos y que se merecía lo mismo por parte de León así que decidió llamarlo y confrontarlo, tal vez si estuviera exagerando las cosas y que en realidad no pasaba nada más que el caritativo corazón de León y su familia con los adolescentes contra el VIH. Aun así lo llamó.

—Hola —contestó León su móvil.

—Quería decirte que si me estás ocultándome algo, tal vez debemos de dejar de vernos —respondió Gilberto.

—¿Quién habla? —preguntó León confundido.

—Gil. Uno de tus tantos novios.

Gilberto ni siquiera sabía cuál era la verdadera razón para llamarlo.

—¿Qué me quisiste decir con lo anterior? —dijo León.

—Si no me quieres decir cuál es la verdadera razón por la cual no me dices lo que pasa entre tú y el VIH está bien pero que conste que yo he sido sincero hasta la madre.

—Apenas te entiendo ¿Estás pedo?

—No ¿Sabes qué? Será mejor si vienes hasta acá y lo averiguas tu mismo.

—No porque no se… —dijo León y Gilberto lo interrumpió.

—¡Si lo que sea! No sabes a qué hora llegara tal entrega de tal donación, no sabes a qué hora terminarán las cuentas o cualquier otra mierda.

—Iba a decir que no sé dónde estás. Y creo que no es justo que insultes a la fundación solo porque estás ebrio.

—Tengo que colgar, lo bueno va comenzar ¡En Boys!

—Iré más tarde —dijo León un poco hartado.

Ambos colgaron, no sabían lo que estaba por venir.

 

Y mientras tanto en el mundo de fantasía de Andrés Varsavsky, sonó ridículo pero es la verdad parecía que vivía en un mundo de fantasía esperando que algún día que mi novio quisiera tener relaciones conmigo, tal vez en el mundo de los heterosexuales suelan ser mas pacientes pero ni soy mujer ni soy heterosexual, sabía lo que quería, sabía de quien lo quería y sabía donde y cuando lo quería ¡Ahora, en El Infierno! Yo estaba como con alguna especie del demonio adentro de mí, no dejaba de besar a Paul y lo manoseaba, estaba enloqueciendo y necesitaba hacer algo para distraerme pero por fin empezó el show. Salió Alex disfrazado de la Cher de chamarra de cuero y cabello negro algo bolado y comenzó a fingir cómo que cantaba Believe.

El espectáculo fue rápido y lindo, como el creador. Tiempo después Alex llegó a donde estábamos platicando todos y nos presentó a su amigo que había salido disfrazado de bailarina, platicamos durante mucho tiempo, contábamos anécdotas y planeaban el siguiente homenaje. A mí me habían regresado las ganas de hacer aquello con Paul y cuando me acerque para darle un beso en la oreja y excitarlo, sonó su teléfono y se levanto de inmediato, y entonces me di cuenta, no iba a perder mi tiempo con un tipo de treinta y tantos cuando podría estar cogiendo allá afuera o en el infierno con cualquier jovencito de mi edad, me levanté dignamente y dije que iría por cigarros.

Ya estaba en la calle fumándome mi cigarro de pánico cuando alguien me toco el hombro.

—¿Ya acabo el espectáculo? —era Jesús.

—¡Jesús! —dije dando un salto de susto— …María y José. Creíamos que no ibas a venir, ya término el show.

—Pero lo mejor viene en la noche ¿No?

—Bueno. Depende de tu definición de mejor —le dije y reí.

—¿Y qué haces aquí afuera? ¿Adriana aún está adentro?

—Andy —dijo Paul al llegar conmigo y Jesús.

—Ah Paul mira Jesús él es Paúl, Paúl él es Jesús mi vecino —se saludaron de mano.

—Soy su novio —dijo Paul.

—¿Somos novios? Creía que solo éramos amigos que se besan.

—Bueno depende de tu definición de amigos —dijo Paul y rio.

Aparentemente el único que no entendía de que hablábamos era Jesús, se metió a Boys sin decir una sola palabra.

—¿Qué es lo que te pasa? Primero no me aclaras lo que está pasando entre tú y yo y ahora me dices que no sabes si por lo menos somos amigos.

—Vamos adentro, empieza a lloviznar —propuso Paul.

—No tu entra, a mi me gusta mojarme ¿Recuerdas? —le dije y me di media vuelta y seguí fumando.

—Solo vamos a adentro ¿Está bien?

—No —le dije y así sin más me fui caminando.

No me quedaría en ese lugar a convivir con un idiota que no sabía ni siquiera lo que quería exactamente conmigo y que se daba el lujo de llamarse mi novio cuando ni siquiera nos acostamos. Ya había llegado a la esquina cuando decidí comprar un café para que se me bajara un poco la calentura, literalmente, me estaba resfriando por estarme mojando. Y me puse a pensar si algún día Dios de verdad se apiadaría de mí y me mandaría a alguien bueno para mí.

 

Y en Boys las cosas parecían estar normales y divertidas, el amigo de Alex, Víctor, era prácticamente una maquina de chistes ¿Conoces a esas personas que parece que ensayan un monologo para hacerte reír toda la noche? Así era Víctor, hacía reír a todo mundo sea homo o sea hetero.

—Y cómo ya no aguantaba más esos senos falsos que sentía que me pellizcaban los pezones, le dije al dueño del lugar ¡Sabe qué! No me interesa si Amanda Miguel tenía bubis o no, yo voy a salir así al escenario y aun así me amaran —contaba Víctor y todos parecían estar muy entretenidos— Y me amaron, termine follando con los tipos más buenos del lugar fueran homosexuales o heterosexuales —Víctor volteo a ver a Jesús— así que cuídate muñeco.

A todo el mundo le había causado gracia ese chistecito, a todo mundo menos a Jesús, estaba como pálido, era como si quisiera vomitar o como si le hubiera dado un infarto, hasta que Adriana tomó su mano y al fin soltó una leve sonrisa. En ese momento regreso Paul.

—¿Dónde está Andy? —preguntó Marcos.

—Él tuvo que irse, tuvo algo así como algo urgente— dijo Paul.

—Pero se le ha olvidado su cartera, se la iré a dejar —dijo Alex y salió del lugar, atrás de él fue Adriana y atrás de ella iba Jesús y atrás de él iba Víctor.

—Que dramáticos, seguro se puso sus moños y su vestidito, se sintió reina y te hizo sentir mal ¿No Paul? —preguntó Gilberto en estado de ebriedad.

En ese momento algo llamó la atención de Marcos en la pista de baile, mientras seguían sonando los remixes de Cher, Marcos se dio cuenta que ahí bailando estaba alguien a quien conocía o algo así, alguien con quien ya había cogido antes más de una vez, era Fernando quien se encontraba bailando sin camisa y rodeado de un montón de hombres semidesnudos. Marcos sabía que Fernando nunca había estado en un lugar de ambiente y que mucho menos en Boys, ya que era el preferido de Marcos y jamás lo había visto ahí. Marcos se levantó.

—Tengo que ir al baño —le dijo Marcos a Gilberto y a Paul.

Algo llamó la atención de Marcos esa noche, era como si quisiera coger con Fernando una y otra vez hasta morir, miraba su trasero y miraba sus dulces labios, tal vez Marcos fuera de esas personas que solo cogen y se van pero cuando le gusta algo lucha por tenerlo pero jamás antes le había gustado un chico tanto como Fernando.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Marcos.

—Estoy viviendo y estoy siendo quien debo ser —dijo Fernando y siguió bailando.

—Si te llegara a ver algún abogado de tu familia sería la cereza en el pastel que anule tu herencia.

—No me importa, he decidido que hagan lo que quieran, después de todo dinero es dinero y va y viene.

—¿Solo así vamos a renunciar al caso? —preguntó Marcos.

—Si solo así, pero no te preocupes porqué te pagaré todo lo que de debo desde el principió.

—Claro que me pagarás —dijo Marcos.

Marcos tomó a Fernando del brazo y se lo llevó en dirección al Infierno, Fernando hacia lo posible para soltarse pero no es la persona más fuerte que digamos, y ahí, en el infierno, Fernando volvió a retomar su caso… el caso de Marcos.

 

En ese momento yo estaba regresando a Boys ya que estaba consciente de que había olvidado mi cartera y que no quería irme sin despedirme de mis amigos, ese no era yo. Pero al parecer Alex, Víctor, Adriana y Jesús se lo habían tomado más en serio ya que seguían buscándome pero parecían no encontrarme hasta que Adriana creyó haberme visto hasta  la otra esquina pero no del todo segura propuso que se dividieran y que Alex iría con ella y Víctor y Jesús buscarían por otro lado. Estaban preocupados.

 

Minutos más tarde Adriana se dio cuenta de que se había equivocado porque no era yo el sujeto de la otra esquina, se dieron por vencidos y decidieron volver a Boys pero en ese momento veían que alguien se acercaba corriendo hacia ellos, se veía terrorífico, parecía cojear y se veía aún más horrible porque estaba obscuro y estaba lloviendo, hasta que notaron que era Jesús quien traía un píe lastimado, estaba sangrando de la cabeza y se veía desesperado.

—¡¿Pero que te pasó?! —preguntó Adriana asustada.

—¡¿Dónde está Víctor?! —preguntó Alex aun mas asustado.

—¡Unos sujetos! Llegaron por atrás y nos golpearon ¡Apenas pude escaparme yo solo! —dijo Jesús llorando y muy asustado.

Alex no dudo ni un segundo en irse a buscar a su amigo, asustado por lo que le habían hecho a Jesús se imagino lo peor, Adriana trató de impedir que fuera pero estaba abrazando a Jesús. Alex corrió y corrió varias cuadras tratando de encontrarlo pero no vio nada, pero ahí bajo la lluvia notó un bulto que estaba tirado cerca de la puerta de un edificio de departamentos, con miedo pero valiente se acercó a ver lo que era y al estar a dos metros del bulto pudo ver que efectivamente era su amigo Víctor. Alex no supo cómo reaccionar, no sabía si llorar, si gritar o que cosa hacer, solamente se quedo ahí contemplando el cuerpo brutalmente asesinado. Alex se sintió culpable.

 

La mañana siguiente del sábado nos encontrábamos Marcos, Gilberto, Alex, Adriana y yo en nuestro departamento cagándonos de miedo.

—¿Y ya saben si Jesús pudo decir cómo eran los agresores? —preguntó Gilberto a Adriana.

—No, el pobre aún no se recupera, debió ser un gran trauma para el —respondió Adriana.

 

Mientras platicábamos viendo la televisión al final apareció la nota del asesinato, dieron detalles, testimonios de mis amigos y otros detalles que ya sabíamos pero no nos percatamos de la similitud que había con el asesinato ocurrido hace unos días afuera de la casa de Marcos hasta que el reportero lo menciono, entonces no solo teníamos que hacerle justicia a un asesino si no a un asesino en serie.

—Si no nos cuidamos, cualquiera de nosotros podría ser el siguiente, hay que tener cuidado —dijo Gilberto.

—También hay que tener cuidado con cuanto bebemos ¿No cree usted señor resaca? —le dijo burlonamente Marcos a Gilberto y este solo tomó de su taza de café.

—Pues yo creo que para empezar no hay que estar afuera a tales horas de la calle y sin hacer berrinches ¿No crees Andy? — me preguntó Alex.

—¿Me estás tratando de culpar por lo que pasó? —Le pregunté a Alex— no es mi culpa que me fueran a buscar, después de eso yo regresé a Boys y Gilberto te lo puede decir.

—Si, regresó y le saco la lengua a Paul —dijo Gilberto

—¡Gracias! Por tu apoyo —le dije a Gil

—No estoy diciendo que tú seas el responsable de que mi amigo esté muerto pero por lo menos podrías pensar en los demás antes de hacer tus berrinches de reinona.

—Ya te dije que no es mi culpa que me fueran a buscar ¡Conozco el camino de regreso y tengo una llave extra!

—Olvidaste tu cartera y te la llevábamos, solo queríamos ayudar y le costó la vida a una persona.

—¡Ya cállate! ¿Sabes qué? No me quedaré aquí a ver como me acusan de homicidio culposo ¡Me voy!

—¡Ya ves! ¡A eso me refiero! Algo no te parece y tienes que salir haciendo una escena dramática.

—Creo que hay que calmarnos, me duele la cabeza —propuso Gil.

—¡Cállate! —gritamos Alex y yo al mismo tiempo.

—¡Me voy! —Pensé un momento— ¿Sabes qué? No tengo porque irme, esta es mi casa... serás tú quien se tenga que ir ¡Lárgate! —le grité a Alex.

—No es cierto —dijo Adriana en voz baja.

—Bien pues me voy, pero que se quede en tu conciencia todo lo que ha pasado —dijo Alex, azotó la puerta, la abrió de nuevo y la volvió a azotar para hacer notar su enojo.

—Pelea de reinas ¡Que divertido! —dijo Marcos.

Alex y yo jamás habíamos peleado. Era mi mejor amigo.

 

Más tarde ese sábado Gil llegó a la casa de los padres de León y tocó el timbre, mientras bajaban a abrir la puerta Gil pensaba en las cosas que le había dicho la noche anterior, era cierto que tal vez la fundación no tenía la culpa o que estaba ebrio pero había algo que también era cierto, Gil estaba enamorándose de León y no lo quería perder así sin más.

La mujer de la limpieza abrió la puerta y le invitó a pasar. Gil se sintió como cuando visitaba la casa del amigo que siempre tenía más y mejores cosas que él.

—¿Estás buscando a León? —preguntó un señor y Gil se levantó de inmediato y lo saludó.

—Si, es que me dijo que lo vería aquí para conocer a su padre.

—Se está bañando en este momento y yo soy su padre —dijo el señor y Gil no se lo esperaba.

—Pues mucho gusto —dijo Gil y se quedo paralizado.

—Siéntate, siéntate. Un placer. León me dice que tienes muchas dudas sobre nuestra participación en la casa de adolescentes contra el VIH y sida ¿No es así?

—¡¿Eso le dijo?! —preguntó Gil espantado.

—Tranquilízate es normal, ya nos había pasado algo similar.

Mientras el papá decía no sé qué cosas. Gil no sabía cómo manejar a los padres de sus novios, normalmente nunca los conocía porque sus relaciones duraban muy poco, ya que antes virgen los chicos no lo querían. Pero con la experiencia uno va aprendiendo y se dio cuenta que debe contestar todas sus preguntas y la respuesta debe durar de 30 segundos a minuto y medio y no debe incluir groserías, salvo que él las diga.

—Y la verdad es que nos importa una mierda ¿Entiendes no?

—Una total mierda señor —respondió Gil sin saber de que hablaba el señor.

—Entonces te diremos la verdad.

Gil sentía que se lo tragaba la tierra, sentía que se iba a desmayar al oír la verdad.

—Nuestro hijo León no está infectado.

‘‘Gracias a dios’’ pensó Gil alivianado.

—Pero nosotros si estamos infectados desde hace ya muchos años —continuó el señor.

Ahora Gil no solo se sentía como un idiota, se sentía como si fuera un idiota sin corazón. Gil se quedo mudo por varios segundos hasta que el señor chasqueo los dedos.

—Perdón pero ¿Cómo fue que se infectaron? —preguntó Gil.

—Tuve una aventura con una puta y me paso el VIH, yo y mi inconsciencia de no usar, condón, por mi culpa ahora mi esposa también está infectada y dudo que me vaya a perdonar algún día.

—Ya veo —dijo Gil impactado.

Gil lo único que quería hacer era ver a su novio, darle un abrazo y pedirle disculpas por lo que había dicho, pero sabía que ahora no tendría la fuera para hacerlo.

—Oiga dígale a su hijo que lo veré luego —le dijo Gil al señor.

—¿A dónde vas? —preguntó León, quien bajaba las escaleras.

—Yo mejor me voy —dijo el señor—. Gusto en conocerte.

Gil veía cómo León bajaba las escaleras, era como si lo volviera a ver por primera vez, espero a que bajara completamente para darle un abrazo y besarlo suavemente.

—No te dejare ir —Le dijo Gil a León mientras lo abrazaba.

 

Esa noche Marcos decidió que no saldría y que preferiría no tener sexo solo por esta noche, se alistó para dormir temprano, preparo su ropa para salir a correr el día siguiente e hizo otras tantas cosas. Al conciliar el sueño Marcos tuvo una retrospectiva a través de su sueño, pero no fue una retrospectiva cualquiera ya que había soñado exactamente con la vez que conoció al sujeto que mataron a fuera de su departamento. Lo conoció como suele pasar en la gente de ambiente aquí en la ciudad, cogiendo, ok no, pero si en algo similar ya que era la quinta fiesta sexual del mes pasado que ofrecía Joel Gutiérrez, quien era un antiguo amigo de la misma clase de la universidad donde estudio Marcos. En esa fiesta había todo tipo de gente, desde heteros hasta gay y era un platillo repleto de sexo al instante ¡Claro! Sexo seguro.

Marcos recordaba que él estaba cogiendo con un sujeto en el baño de abajo cuando de pronto ahí entro el chico que apareció muerto pero salió de inmediato, Marcos noto que era el único que llevaba su playera puesta. Al poco tiempo después Marcos salió del baño y vio que ahí estaba su difunto platicando con un sujeto que parecía gritarle por alguna razón y que traía un tatuaje en el brazo derecho en forma de la insignia de Batman y de pronto este sujeto golpeó al ahora muerto en la mejilla y en ese momento Marcos despertó y ya no pudo ver quien había sido.

—¿Qué te hace pensar que pudo haber sido su novio el que lo mato? —le pregunté hablando por teléfono.

Marcos no dudo en llamarme por teléfono al despertar.

—Era un maldito celoso monógamo, está más que claro que fue su novio quien lo mató por que se enteró que me lo cogí.

—Bueno ya entonces ve a la policía y diles quien es el novio, tal vez sea el mismo que asesino a Víctor.

—¡A huevo que es el mismo! Solo que no me acuerdo de quien era el jodido novio —dijo Marcos.

—Y a todo esto ¿Qué haces en casa? Es sábado y es de noche.

—Me duele el pene y decidí no salir.

—¡Naa! A mí se me hace que a cierta persona le da miedo que el Scream de los gay llegue de repente y te meta su puñal por detrás —le dije.

—Créeme qué antes de que ese hijo de puta me clave algo por detrás yo le meteré la verga hasta dentro.

A veces Marcos se pasaba de grosero en vocabulario.

—¿Y tú qué haces en tu casa? ¿No saliste con Paul el hombre perfecto? ¿O ya se te acabó el amors?

—No lo sé, no me ha llamado ni lo he visto desde hace exactamente 25 horas con 23 minutos y 9 segundos —le dije mientras veía mi reloj digital.

—Ya te va a llamar eres irresistible —dijo Marcos en tono burlón—. Ya te dije que, cuando, tuvieras, ganas…

—Si ya lo se me lo has dicho miles de veces pero no gracias —le dije interrumpiéndolo.

—Cómo quieras.

—Tengo que colgar estoy esperando a que me llame para decirle que no quiero que me llame.

Ambos colgamos el teléfono y Marcos no solamente había logrado hacer que mi noche fuera solitaria si no que también la había convertido en una noche con ganas de. No sabía hasta que punto de mi vida llegaría sin tener sexo, sin siquiera una mamada o algo por el estilo, así que volví a entrar a mi armario y a sacar lo mejor que encontré, ningún puto asesino en serie me iba a intimidar y mucho menos iba a arruinar mi noche de sábado, ya había tenido suficiente con mis padres y el Sabbat.

Ya pasaban de las once de la noche cuando llegue a Boys a buscar sexo loco y desenfrenado pero no sé si se hayan dado cuenta de que cuando uno busca sexo no lo encuentra y que cuando uno no busca sexo hasta le enseñan la verga, a mi me pasaba todo el tiempo y este día era uno de ellos.

Me encontraba tomando en la barra sensualmente con la esperanza de que alguien llegará y me invitara a bailar o coger, en este punto de mi vida ya me vale un carajo lo que quiere hacer primero. Mi abstinencia no podía pasar de esta noche o me volvería loco.

—Si estás buscando sexo créeme que así no lo encontraras.

Me dijo Antonio el que servía las bebidas y también psicólogo que nunca logró conseguir su título.

—Hola Anthony, dame un Martini —le dije.

—¿Qué estás haciendo aquí solo y sin bailar?

—Vine a buscar una distracción que no he tenido desde ya hace mucho tiempo ¡Anthony! ¡Estoy enloqueciendo! —le dije tomándolo con fuerza de la corbata.

—Andy ¿Qué dice ese letrero? —me dijo Antonio y señaló.

—No tocar, besar, matar al cantinero, perdón.

—Yo sé que lo que quieres es sexo y sé otra cosa —dijo sonriendo—Sé que lo tendrás hoy y con quien has querido estos últimos días.

—¿Zayn Malik? —Le pregunté y Antonio me miró feo.

—Algo me dice que debes salir inmediatamente de este lugar y allá afuera tendrás un poco de más suerte de la que estás teniendo aquí adentro.

—¿Estás pendejo? Ya estoy haciendo contacto visual con varios de los chicos de aquí adentro.

—¿Ah sí? —Me dijo Antonio y volteo a ver a su alrededor.

—Bien tú ganas. Pero si no encuentro a mi príncipe vergón allá afuera, regresaré y me tendrás que servir Martini por toda la noche y gratis —concluí y me salí del lugar.

 

No sabía ni porque le hacía caso, ya sé que muchos me dirán que nunca ha fallado pero el amor no es algo que se encuentre a la salida de un antro gay pero de pronto algo llamo mi atención a lo lejos, era un auto acercándose lentamente, la lluvia volvía a caer esta noche y el viento soplaba muy fuerte, las jotas se refugiaban en lugares secos de la calle y yo solamente esperaba a que el auto se acercara más y cuando por fin llego pude comprobar que Antonio no se había equivocado, ahí estaba el convertible de Paul el idiota. Me acerqué y toqué la ventanilla.

—¿Qué ropa te pusiste? —me dijo Paul al verme vestido así.

—Me puse esto porque yo no puedo vivir sin sexo, y si, tal vez suene muy feo muy asqueroso pero me gusta, lo amo, me encanta todo sobre él y tu no me lo has dado.

—Fui a buscarte a tu casa y Adriana me ha mandado para acá.

—¿Y a que fuiste a mi casa? ¿Solamente para seguir dándome el gusto de no sentirme solo? Dime la verdad ¿Era lástima?

—No, no era lástima, yo te quiero y fui a buscarte a tu casa porque quería que arregláramos las cosas, ahora sube ya.

—No tu sal del auto, yo me estoy divirtiendo mojándome aquí afuera, salte —le dije retándolo y me crucé de brazos.

Si Paul estaba dispuesto a salir del auto y mojar su abrigo Armani yo estaba dispuesto a decirle que si quería continuar con él, pero de pronto vi como lentamente subía el vidrio de su auto y entonces creí que eso era todo y que no había nada más que hacerle a lo nuestro y de la nada, salió del coche con otro abrigo que extendió y con el que nos tapamos los dos.

—Quiero que veas que no me importa lo que tenga que arriesgar para conocerte, pero es que no se cual era la urgencia por tener sexo, apenas han pasado como 15 días desde que nos conocimos, y quería que primero nos conociéramos por lo menos hasta el apellido antes de meternos a la cama —dijo Paul sosteniendo el abrigo.

—Ya vi que eres capaz de arriesgar varias cosas —le dije con una sonrisa en mi cara—. Incluyendo un abrigo de piel ¡Ah mierda! ¡Es de piel, mételo al auto! ¡Se echara a perder! —dije histérico.

—No me importa, abrigos he tenido muchos, pero ninguno me calienta mas como tus brazos y tus labios.

En ese momento me di cuenta de que ya me tenía completamente enredado y que dijera lo que dijera volveríamos a intentarlo, lo besé bajo la lluvia, el viento soplando y un abrigo de piel tapando nuestras cabezas.

—¿Esto es en serio? —Me preguntó Paul.

—Será serio, solo si así lo quieres —le dije y lo besé.

Tal vez no existe un abrigo de piel para protegernos de los males que nos asechan, pero a quien le importan los problemas cuando tienes alguien a quien abrazar y besar y por supuesto ¡Querer! Nos fuimos a casa y por fin, hicimos el amor.